El hombre como destructor del planeta. El hombre como creador de lo humano

Ezequiel Carlos Campos                                                                              

Probablemente se ha hecho más daño a la tierra
en el siglo XX que en toda la historia de la humanidad.
Jacques Yves Cousteau


El objetivo de este ensayo es ver cómo ha cambiado la tierra. Mediante el documental Home, observamos cómo, desde sus inicios, nuestro planeta ha adquirido nuevas formas naturales. El planeta, como nosotros, ha evolucionado a través de los años, décadas, siglos, milenios. Pero ¿será un cambio positivo? ¿Qué nos han dicho sobre esto?
Cuando hablamos sobre cómo la tierra ha castigado al hombre con tantas catástrofes naturales, los sujetos piensas de una forma subjetiva. Es menester hablar en claro, objetivamente.
El hombre piensa que los hechos ocurridos durante los últimos tiempos son causados por problemas naturales, los son; ¿pero qué más saben de eso? Desconocen las causas, siendo eso lo más importante. El hombre, pues, es la causa primordial del porqué del comportamiento natural. Si se hace algo que no es bueno, conlleva a algo negativo. La actividad humana eso hace, realizar, destruir.

En un sentido más amplio, el documental Home habla sobre los males de la población humana, que es la principal causante de todo. ¿Pero de qué más habla el filme?
Home empieza a contar qué había en un inicio en la tierra, sin meterse en ideologías sobre su creación. De cómo se formó el suelo, el agua, las nubes, entre otras cosas. Y de cómo, poco a poco, el hombre empezó a habitar este planeta. Algo también importante es que de los organismos unicelulares se empezó a desarrollar la fotosíntesis, y así, a la vida vegetal.
¿Pero por qué hablamos de una destrucción?
“La tierra comenzó siendo un paraíso pero el hombre la está convirtiendo en un infierno”, dice una cita anónima. El hombre, pues, es el destructor, el principal movedor de la forma de vida. Pero también el mismo hombre es creador de lo humano, es un dios del cual hace todo a su imagen y semejanza, lo manipula, lo transforma. La destrucción como la creación, son cosas similares en el sentido humano.
En el documental se percibe, cuando empieza a surgir el hombre, sus pasos, sus huellas. En un principio, las creaciones del hombre, ya sean herramientas para cazar, para protegerse, sirvieron de apoyo para su sobrevivencia.
Las actividades humanas, desde un inicio, como la agricultura, fue la arma principal para poder extraer de los frutos de la tierra su alimentación. Creo yo, que ese punto puede ser el parte aguas de un dominio o un tratar de mantener lo necesario para sí, y aprovecharlo y no dejarlo a cualquiera, como también de una destrucción, hablando del suelo.
En el filme se muestran panoramas de los lugares en distintos puntos del mundo.
En un seguimiento más estricto del documental, percibimos que la actividad humana ha derrocado a la naturaleza, siendo el hombre el principal enemigo del planeta.
El hombre, desde su aparición, se ha conducido como un animal omnívoro, alimentándose de los vegetales de la naturaleza y de los productos de la caza y la pesca. Empezó a evolucionar y encontró los medios necesarios para seguir con esa actividad. Durante miles de años y hasta nuestra época, la práctica intensiva de la caza y de la pesca ha sido necesaria para la supervivencia de la especie humana. Las consecuencias de estas actividades ha sido la desaparición paulatina, en el transcurso de los tiempos, de varias especies de animales y vegetales.
¿Pero no han dicho que el ser humano ama a la tierra, la cuida, la protege? Si hablamos generalizando, esta pregunta sería contestada muy rápido: el hombre ni cuida de lo natural, ni ama su planeta, ni lo protege; he allí los efectos, la imagen que se ha quedado. Las catástrofes naturales o cualquier otro efecto, no son porque el planeta los quiso; él quizá no percibe un desdén hacia el hombre por sus causas, sino percibe los efectos negativos que le han hecho dolerse; por ejemplo, cuando tenemos gripa, lo único que se hace es tratar de repeler el mal, y así la tierra, quita sus males. Y de ese dolor deja las consecuencias.

Hablaremos más a detalle sobre la destrucción y creación de lo humano.
 El hombre es el ser vivo que más altera los ecosistemas, ya que rompe su equilibrio natural. Por un lado los somete a una sobreexplotación, agotamiento de los recursos naturales, y por otro les incorpora una gran cantidad de sustancias que, ya sea por su cantidad excesiva o por sus propiedades tóxicas, impiden su buen funcionamiento. También embalsa y desvía los ríos, agota los acuíferos, extermina especies, introduce otras nuevas en lugares donde no es su hábitat. 
Aunque sean problemas humanos, existen sujetos los cuales se preocupan por lo sucedido; son numerosos conjuntos de personas que se han percatado de las funestas consecuencias de estos abusos, y luchan, a nivel particular o reunidos en movimientos ciudadanos, agrupaciones proteccionistas o instituciones científicas, para que no continúen, proponiendo además posibles soluciones para intentar reparar los destrozos causados.
La especie humana es una de las que mayores cantidades de recursos naturales extraen del medio, sobre todo las poblaciones de los países más industrializados. Estos recursos son de tipo muy variado, no sólo tróficos, sino también energéticos, de espacio, entre otros. De este modo, el hombre se convierte en un superpredador y un competidor para casi todos los seres vivos del planeta. Afortunadamente, la inteligencia de que está dotado le ha servido también para paliar los efectos de esta explotación sistemática y encontrar los medios de protección adecuados. He aquí una frase de Tomás Moro: “Todo hombre tiene, por ley de la naturaleza, el derecho a derrochar la porción de la tierra que sea necesaria para su subsistencia”.
Home también va describiendo las diferentes tecnologías que el hombre ha usado desde hace tiempo. Por ejemplo: antaño, el humano inventó lanzas para cazar a sus presas, después siguieron el arco y la flecha, ahora ya existen armas las cuales es más fácil la actividad; sólo falta que en un futuro, el humano invente más herramientas, en las cuales utilice el menor esfuerzo y energía y sea más sencillo aún la acción.Las ciudades son un tema importante en la destrucción del planeta. Esto conlleva a la sobrepoblación, la destrucción de tierras para poner nuevas ciudades, entre otras cosas. El hombre, mientras va pasando el tiempo, ha construido sus santuarios, pero no santuarios a los que conocemos, como el de las sociedades antiguas; no, sino ciudades espectaculares, increíbles, llenas de tecnología. Los ejemplos que percibimos en el documental son Nigeria, Tokio, Los Ángeles, Nueva York, Dubái, por nombrar algunas. En estas ciudades se ve la creación del hombre, y es en esto en lo que digo que el hombre es un creador, que lo hace a su imagen, a su gusto. Estas ciudades, pues, son algunas en las cuales el ser humano ha dejado su huella, pero no sólo eso, sino su tiempo, dedicación, dinero. Vemos, por ejemplo en Nigeria, que es uno de los países con más petróleo, una población muy pobre. En Dubái existen los edificios más grandes del mundo, ¿pero para qué sirven tenerlos si nada más son para observarse? ¿O tienen algún fin? ¿En verdad sirven para algo positivo? Esto lleva a otro problema social, una creación humana, el capitalismo. El capitalismo es para muchos un sistema tirano; para otros es: “[…] el único sistema de la historia en el cual la riqueza no se ha adquirido mediante saqueo, sino mediante producción, no por la fuerza, sino mediante producción […], el único sistema que he defendido el derecho de los hombres a su propia mente, a su trabajo, a su vida, a sí mismos”, dice Ayn Rand. ¿Pero qué tiene que ver el capitalismo con todo esto? Pues, ya que es el sistema que actualmente está vigente, es el que ha dado de su parte para la destrucción del planeta; por ejemplo: hace de cualquier cosa un mercado: mercado de animales, territorios; hace al hombre un depredador de lo que no tiene: va hacia la busca de cualquier cosa por su venta; aquí vemos la caza excesiva de animales, la tala de árboles para sacar su fruto, la madera. Nosotros sabemos bien que el hombre capitalista –que siempre ha sido destructor– ahora ha sido más, porque no es por necesidad hacer eso, sino ya es un negocio; aunque también es una necesidad, pero hay que percibir la diferencia de una y otra cosa: antes se cazaba para comer, para sobrevivir, ahora es por vender la presa, comer de lo que te dan de allí y seguir haciéndolo, como cosa cotidiana.
El documental termina diciéndonos frases para los espectadores. Tengamos conciencia, pues, de cómo está quedando nuestro mundo, o no quedando, si no cómo está ahora.
Por eso muchos científicos o especialistas del tema no dan muchos años para que la mayoría de los recursos naturales se agoten, o sean otros cada vez más escasos. Y si algún día no muy lejano pasa esto: ¿qué será de nosotros?, ¿qué será de nuestros hijos, o de los hijos de nuestros hijos?, ¿cómo será el mundo? He aquí el dilema.

En la mayoría de los países desarrollados, y de manera creciente también en algunos que se encuentran en vías de desarrollo, existen asociaciones ecologistas formadas por personas preocupadas por los problemas ambientales. Son relativamente modernas, ya que la toma de conciencia sobre este tema ha aparecido hace muy poco tiempo y todavía no se han extendido entre la población. La mayor parte son pequeñas y dada la falta de medios económicos, sus  actividades tienen escaso impacto. No obstante, algunas han conseguido ser importantes a nivel mundial.
“Este tipo de organizaciones son importantes porque suponen la participación del ciudadano en la protección del medio que habita”.[1]
Deberíamos tener conciencia de los dilemas que están pasando. Las organizaciones ecologistas sirven para tomar conciencia y práctica en actividades, para poner, como dicen por allí, “un granito de arena”, y ayudar al planeta. Existen otras formas para ayudar, unas son: la práctica, el estudio, la investigación. Es arduo concientizar a las personas en materia ecológica, pero nada es imposible. Hay que recordar que “La tierra no nos pertenece, nosotros pertenecemos a la tierra”.
No es bueno vivir en un planeta destruido y más donde nosotros somos los responsables de esa destrucción; somos los únicos capaces de pensar, reflexionar en lo que hacemos; y con nuestras creaciones, en vez de ayudar, perjudicamos en muchas cosas. “El hombre ha construido más alto de lo que puede ascender; el hombre ha liberado un poder que no podrá contener”, dice Aldous Huxley. Reflexionemos, pues, y pongámonos a la práctica, y si eso no es posible, hay que ayudar a nuestro planeta de otra forma; sea poco, sea mucho, será una gran ayuda.



BIBLIOGRAFÍA:
TOLA, José, Guía interactiva del estudiante, España, Rezza Editores, 2000.





[1] José Tola, Guía interactiva del estudiante, España, Rezza Editores, 2000, p. 1244.

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