Una ciudad en movimiento


Ezequiel Carlos Campos


El sonido del alto y adelante, discurso clásico de la música contemporánea, la ciencia como moda y el autobús como cohete que va por espacio haciendo paradas por planetas inhabitables, Esquina. Los escaparates de las calles adivinan el fin del mundo, hablan del amor libre / su nombre es un relámpago de tarjeta postal. La ciudad en movimiento, ¿Sabe usted para dónde se ha movido el correo?, ¿sabe, acaso, qué son esos monumentos que detienen cables, donde se murmuran chismes y la luz se detiene a descansar porque está cansado de recorrer tantas calles? ¿Quién halará los cables /que arrastran los eléctricos? Los parques, la gente, el cielo, las nubes se mueven de fastidio porque todo lo observable se mueve como el mar, imparable, aquellas cosas movibles se mueven, mueven y mueven. Humo. Junte los trozos de humo de su cigarro / y le daremos un premio, si la vida hablara nos pediría piedad, debemos reflexionar. 1,2-1,2. El cine, nuestro cine, habla en mutis, los colores no son colores: es una caverna intelectual en donde las estrellas no están en el cielo, sino se besan. Tic-tac. Tic-tac. La ciudad camina. Jazz band: lo tocan ahora borrachos de gasolinera. Esta noche / los aerolitos / se tiran de cabeza / sobre de las banquetas. Voces insólitas. El libro de las voces insólitas. La ciudad es un retrato nuestro: Hay en la frente un sueño / de poetas malditos / y sonríen unos labios / de inauditos afanes. Los recuerdos son cada automóviles flotantes: ES EL AMOR QUE ABRE / LAS VENTANAS DEL CIELO. Somos nosotros rozando la banqueta, nosotros, aquellos que vemos las fábricas cómo se comen, Frankensteins obreros. El vino crepitaba / por los ávidos caminos del país interior / que atormentan los años. Somos hormigas, lo sueños ya no se palpan, cada vez son más los porqués. Nuestros lamentos Y aquel lamento / paralelo a la noche / que era/ el reclamo invicto / de los dioses / antiguos. La única salvación es: Id a buscar los campos / que guardan / estremecidas flautas / para ensayar los himnos / del hombre.


Texto sobre Esquina y El libro de las voces insólitas de Germán List Arzubide.



Sin derechos. 


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