Voces graves. Siete poemas de Denise Griffith
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Eufemismos
I
la poeta Idea Vilariño
cuenta en su diario de juventud
que alguna vez
rescató a un pájaro de que
muriera quemado
y finalmente
el pájaro volvió al fuego
no importa cuántas veces nos rescaten
siempre volvemos al fuego
lumínico error resulta lo
decadente
de caminar para atrás
o cambiar de camino
la arrogancia de la quietud
facilita un tropezón
que sí es caída
¡quiero llamar!, se queja un niño
en pleno siglo veintiuno
y golpea el teléfono público
desconectado
ella también quiere llamar
piensa al verlo
quiere llamar al karma
para expresarle sus emociones
negativas
y es complicado
II
funciona como epígrafe
tu mirada
su enajenación
funciona como epitafio
tu amor es como el mar de noche
la seduce y absorbe
como el viejo robusto que le
arroja comida a un perro callejero
pero hacia las vías del tren
hay trenes que ella no ve venir
un bozal para cuando la muerte le
muerde la mano
pide nada más
soltás la pelota
y ves hacia dónde se dispara
la libertad va tomando forma
con sigilo
un moretón entre tanto dolor
no se razona
es apenas un aderezo vistoso
tu juguete favorito
es
aquel que está
roto
¿de qué manera te quedás dormido?
¿de qué manera te sentís seguro?
del ritmo se desprende
la mecánica del olvido
III
es tan fácil como odiar esa
escena
que los unirá eternamente
a lo que tuvieron
le cuesta divorciarse de los
eufemismos
amor no correspondido
es el perro que
espera al dueño
en la estación durante años
como ella te está esperando a vos
traducime eso,
olvidé cómo se dice en español
animalito de mi corazón,
en qué estás pensando
cuando gruñís
en qué estás pensando
cuando mordés
en qué estás pensando
ahora
¿fuegos artificiales?
Que sí
una mañana en la playa de Villa
Gesell
vi algo bajo el mar entre las
algas
mi papá lo señaló con emoción
es una cáscara de durazno,
le dijo mi yo de seis años
y de cerca era un caracol naranja
pálido
a diario
un deshielo cruje bajo mis pies
pero solo hay alquitrán
tampoco necesito empaparme en
conocimiento sobre x o y
interiorizarme sobre la zozobra
solo tomo un poco de helado de
crema en la orilla
y cuando siento un agua viva
sé que estoy a salvo
encontré mi manera de sonreír
como aquella vez que mi papá
lanzó una moneda para saber qué decisión tomar
y me dijo ¿qué querés que sea?
le dije que sí
y me dijo entonces salió sí
Decí agua
a Víctor
lo encontraron
cerca de los bosques
de los Pirineos
en Aveyron
cuando tenía doce años
en 1799
Víctor ponía la mano en la olla y no le
quemaba el calor
a Víctor le gritaban al lado y ni se daba
cuenta
en el proceso de civilización
lo educan
le enseñan el francés
agua, decí agua
si no decís agua no te doy el
vaso
le muestran cómo abrir la boca
él abre la boca queriendo comunicarse
y no sale nada
cuántas veces damos por sentado que hablamos
libro, le enseñan
libro, esto es un libro
Víctor
hizo progresos
aunque nunca pudo desarrollar el lenguaje
ni escrito ni verbal
y sin lenguaje
no hay pensamientos
Juventud
desvencijada
anotó su nombre y número
en un billete de cien pesos
y lo invirtió en mi regalo
me dijo que el billete volvería a
mí
en el momento indicado
hasta entonces hasta luego
y el papel regresó diez años
después
para encontrarse con nada nuevo
en el horizonte
solo una parte de mi juventud
desvencijada
hastiada, rara, putrefacta
con un reloj de los noventa en un
cajón
que antes daba la hora pero ya no
y solo sirve para guardar chicles
para calmar los nervios
algún día alguien nos bajará el sol y no la
luna y nos quemaremos
Voces
graves
piedra, papel o tijera
la tijera le gana al papel
la piedra le gana a la tijera
el papel le gana a la piedra
el texto le gana a lo inmóvil
una piedra que sostiene a un
papel de que se vuele
¿lo tenés en color azul?
estrenar cuaderno virgen
como ritual de bildungsroman
para ver a un compañero
arrancar una hoja del suyo
y sonarse la nariz
aunque los cuadernos sin rayas
sean siempre los mejores
para ir a la fiesta de graduación
me hago el peinado yo solita
el de los demonios
que se duchan en sonrisas de
desencanto
si el infierno apenas es
cubrirse hasta desaparecer
una fotografía en la que salís
desfavorecida
un retrato como una caricatura
atestiguan el cansancio de las
hormonas
la fotogenia es la virtud de los
místicos
me llega con interferencia un
soliloquio
la deuda de un compromiso con la
armonía
¿quién le teme a Virginia Woolf?
cantan en la película
¿quién le teme a Virginia Woolf?
yo creo que no hay por qué
tenerle miedo
calladita te ves más bonita es
una melodía terrorífica
que le cantan a las chicas
globos explotan dentro de
nosotras
como llamaradas creadas con vodka
cada vez que nos silencian nunca
seremos presas
nuestra voz se oirá como un
estruendo
que acallará
el calladita
Sin
pestañas
Cristo te ama
yo ya no
dice la leyenda en la pared de un
callejón
me gustaría saber qué vio mi
amiga
antes de culminar en el suicidio
por pastillas
si el mar
el cielo
la desintegración
o tal vez
un rostro en particular
con cada evocación
un cansancio me aplasta
me achancha
e interrumpe el duelo
no se oye gemir al tiempo
no se ve parir a la inclemencia
cataratas de realidad caen sobre
mí
yo respiro aún
en la celebración de la vida
yo brindo con agua
los ojos se me irritan y me voy
quedando sin pestañas
Anhedonia
el agua hierve a grados de manía
no sé a cuántos
las lágrimas viajan a la
velocidad de la luz
cuando nadie me mira
pero yo siempre llego tarde
fui maestra en un colegio
el día era más o menos así:
que los chicos tienen hambre
que los chicos tienen sed
y yo qué
y yo qué
se rompían la cabeza
pensando en diferentes maneras
que pudieran decir
lo que en realidad hay que callar
el diccionario para aplastar
flores,
les dije
o para buscar palabras
de libros de poesía
todo libro de poesía debe
contener
una palabra para buscar
así que acá va la mía:
anhedonia
Poemas incluidos en Carencia, Liberoamérica, 2019.
Denise Griffith (Buenos Aires, 1993) no solo es
escritora, sino también editora en Liberoamérica
(Argentina). Es estudiante avanzada de Traducción Literaria. Escribe con
frecuencia para la revista digital de Liberoamérica
y realiza críticas para la página especializada en teatro GEOteatral. En 2018 publicó el poemario Antojos de desorden y participó de la antología El gran libro de los perros de la
editorial española Blackie Books (tirada de 20.000 ejemplares, que ya va por la
segunda edición). Publicó el libro de poesía Carencia (Liberoamérica, 2019).
Es super Darks
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