Dos poemas
Bethzabé Castillo Lira
Huellas rosadas
ven la arena,
yo sediento
tras de ti por veredas.
ven la arena,
yo sediento
tras de ti por veredas.
Caen los pájaros
en las pupilas de ojos eternos,
búscame en tu regazo
y no descubras al viento,
besa mis labios,
píntame como el cielo.
Cuando de mañana, abriré los ojos,
serás mi recuerdo.
Mosan
en las pupilas de ojos eternos,
búscame en tu regazo
y no descubras al viento,
besa mis labios,
píntame como el cielo.
Cuando de mañana, abriré los ojos,
serás mi recuerdo.
Mosan
Pasan,
se estremecen mis pasos.
Caminamos (continúan avanzando),
en un pasado continuo
que embelesan los vellos de tus brazos
(de tu rostro, tu pecho, tus ojos, tu cuerpo)
reímos,
pero no más que en aquella vida
(en ese café, siempre tus besos)
lloramos,
entretejidos o alejados
(el uno sin el otro con la imagen guardada)
nos componemos,
no estamos
(con letras y notas)
se estremecen mis pasos.
Caminamos (continúan avanzando),
en un pasado continuo
que embelesan los vellos de tus brazos
(de tu rostro, tu pecho, tus ojos, tu cuerpo)
reímos,
pero no más que en aquella vida
(en ese café, siempre tus besos)
lloramos,
entretejidos o alejados
(el uno sin el otro con la imagen guardada)
nos componemos,
no estamos
(con letras y notas)
Vincent van Gogh, "Paisaje con pareja caminando y luna creciente", Saint-Rémy: mayo, 1890. |
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Bethzabé Castillo Lira (Zacatecas, 1999). Estudiante de la licenciatura en Historia y música con énfasis en ópera, ha participado en medios digitales internacionales en cuestiones fotográficas y en plataformas literarias.
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