Estoy quedando atrás. Dos poemas de Frandys Oropeza


La casa

siempre tiene el mismo lugar
la misma causa,
el mismo pensamiento.
escucha la palabra del dios ausente,
ese que se lava las manos frente a la vida
y tiende a la ausencia del mal pensamiento ante la muerte.

tiene la piedad de una queja,
en tanto,
las moscas buscan en el dulce dolor su repugnancia.

cuatro paredes en forma oblicua
se mueven y deshacen,
para perderse.

quieres ser fuego,
y
arde el fuego,
en la mesa

tienes la desgracia
de seguir el ritmo de las horas,
cuando las sombras tocan tu puerta,
acostándose en las cenizas de tu presencia.

piedad,
no quieres piedad.

quieres lo poco,
reduces tu vida a lo poco

para trabajarlo en un movimiento de consciencia social
no, en su negatividad de pegar dos clavos
fingiendo que todo pueda funcionar

su sexo se maneja en una función cognitiva
porque la carne se hace tierra y cemento.

nadie quiere una casa,

por eso, eres presencia,
eres la desgracia

y la casa también.


Estoy quedando atrás

Generaciones de un golpe prefabricado tienen la intención absoluta por la nueva etapa del mundo
yo no tengo tanto tiempo,
pero,
suelen moverse las horas
no sé cómo sucedió,
pese al golpe directo

sigo buscando un espacio corto,
donde dormir mi consciencia

ya nada es lo mismo,
y les pasó a mis padres
las cosas interesantes, que eran puntuales en su recuerdo, eran asfixiantes para mí

ahora, todo es lo mismo

el mismo golpe, el dolor perenne

la sensación de caída marcada por dos pasos en retrospectiva, es lo que queda.

En las sombras la venta sigue atormentando un estado orgánico que se hace presa de deseo

Porque si fuera un poema,
hasta las palabras exactas, no serían tan exactas, si tuviera la media restante en el clóset

una escritura mal fabricada, en un verbo susceptible, era la fuente para el nuevo siglo

cuando la risa ya no era pasajera
más bien, era la realidad

esa, la perdí

las demoras cambian por risas,
y se suicidan en un espectáculo de redes sociales

nos encontramos temerosos, de un fin que no llega y un hombre que no se identifica de género,
así que nadie tiene la culpa, y a nadie le importará
una mentira más sobre la tumba

aquellos que arrastran una frágil sensación de vacío, tiene todas las ganas

pese a la existente fragilidad de la crítica,
un poema, con todas sus letras pegadas en el breve espacio de la ausencia,
lamerá las cicatrices de quien oprimió el gatillo

a fin de cuentas,
hasta los locos clínicos son influencer, para dar con el ritmo en una sociedad de criminales confesos ante la jauría de los que creen tener la razón

no sé si será posible,
que, en algún lado la presión choque de manera consciente con el sol,
y que terminemos en un país quemado

en tanto la gente mutilada de corazón
armará su Only Fans y facturará,
un deseo de no estar solos

es posible, que el cansancio
siga montando una bandera para la generación de suicidas de plástico

así la mutilación colectiva, tendrá de que hablar mañana

no sé,
si aquellos pasos están conectados de alguna manera con la forma de ver el mundo

pero, las sombras
siguen vagando entre las praderas de un sueño
donde la humanidad falló ante al juicio,
y la bomba cayó sobre todos

explotamos en añicos,
hasta las células de una conversación sobre dios y el juicio final.

Podrías recitar la frase de cada apóstol de memoria, y, aun así

todos estarían tan instintivamente, desconectados del mundo

que pareciera que un Tik Tok, es más familiar que una caricia.

sí,
estoy seguro

me he quedado atrás, y no me molesta

aunque pase esta generación de anorexia de palabras

la llama sigue ardiendo,
porque en alguna parte

seremos los hijos,

de quienes nos mataron.


© Egon Schiele, 1915.
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Frandys Oropeza (Coro, Falcón, Venezuela, 1988). Escritor FreeLancer, poeta y ensayista. Licenciado en educación, en lengua, literatura y latín. Técnico superior universitario en artes audiovisuales. Docente universitario en el área de artes audiovisuales de la UNEFM, ex-coordinador del PNF de artes audiovisuales. Tallerista de escritura creativa y guion cinematográfico. Ganador de “Micro-Cuentos Nuevo Día” (2018) y “Ultracortos” (2019). Actualmente es docente universitario en el área de artes audiovisuales (UNEFM) en el área de cine. 

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