A un año de El Guardatextos: una travesía interminable

Ezequiel Carlos Campos
El trabajo es el refugio de los
que no tienen nada que hacer.
Oscar Wilde.


El día de ayer se cumplió un año de la creación del blog; ha sido un año de mucho trabajo, en el que, de manera constante, se publicaron textos de distintos autores; no hubo un mes en el que no apareciera una entrada nueva, ni lectores nuevos comentando los distintos textos que aparecían en su computadora o móvil. Recuerdo cuando todo era un sueño, parte de la ficción: el crear un espacio donde se publicara literatura de jóvenes. Porque, en mi experiencia, que una revista, un blog, un periódico y menos una editorial publique a un joven, es muy complicado. Casi imposible. Para que eso suceda tiene que haber premios de por medio o una larga trayectoria y un arduo trabajo. Pero eso conlleva tiempo, mucho tiempo.
            Los autores que en los distintos meses han colaborado no sobrepasan la edad de los veinticinco años; entonces no somos autores jóvenes, sino precoces escritores fanáticos de la literatura, que esperan el momento para hacer de las suyas y salir de esa ficción que, los que escriben y sueñan con convertirse algún día en escritores me entenderán, es tan poderosa, y salir a la realidad como alguien que dejó atrás los sueños, convirtiéndose en el escritor que de niño soñaba.
            Son las primeras cuarenta entradas de un año lleno de trabajo y de satisfacción; ensayos, cuentos, poemas, reflexiones han llenado el espacio en El Guardatextos: cuentos sobre sus autores favoritos, sobre la Venezuela de hoy; ensayos sobre autores mexicanos, sobre el Boom, sobre la ficción, la transgresión; poemas de amor, de locura; reflexiones acerca de la muerte, sobre lo que pasa en nuestro país. De eso y más son las publicaciones en el blog.
            Antes del mes de diciembre de 2013 ya tenía la idea de que un blog sería el resultado de tan arduos pensamientos y sueños sobre ser un director en un espacio literario; no llegué a más por falta de apoyo, porque hasta ahora no hay más personas que hagan del blog un lugar de muchos, colectivo, y no es porque no quiera, al contrario, no se han acerca y darme la idea de ayudar en las ediciones, en las correcciones, en la dirección… Aún espero a ese grupo de trabajo para que este espacio sea cada vez mejor.
            Mi idea era crear un lugar donde los jóvenes tuvieran oportunidad para publicar sus trabajos. ¿Pero por qué El Guardatextos? La idea salió –de muchas, claro– porque quería que el blog fuera un tipo de biblioteca donde cualquier lector podría consultar información, un lugar donde se guardarían los textos para su uso. Los trabajos, poco a poco, llenarían el infinito espacio que tiene el blog para los textos, el lector tendría a la mano muchas ideas y creaciones para hacer un uso adecuado, aunque, por supuesto, todo bajo previo aviso.
            El Guardatextos ha llegado a leerse en Canadá, Estados Unidos, México y Venezuela –donde una vez colaboró un escritor–, ¿quiénes serán esos lectores de aquellos lugares? Eso es lo hermoso de este trabajo: uno nunca sabe a quién le escribe ni en dónde te leen. No sé si este trabajo es el adecuado, pero lo que algo sé es que es lo más placentero del mundo, así como ver publicaciones tuyas en las revistas, en los periódicos o en la edición de alguna antología. Eso a mí me ha pasado, y es el mismo trabajo agotador que ser escritor, director, corrector, colaborador y editor de mi propio blog. ¿Hasta dónde llegará todo esto? Prefiero no saberlo, quiero dejar que este año termine y prepararme para el otro. Y es que El Guardatextos es aún un blog que acaba de iniciar. Muchas cosas están por venir. ¡Gracias a todos los lectores que se han atrevido a leer estos inofensivos textos! Agradezco a cada uno de los colaboradores por permitir que el blog sea parte de sus inicios literarios y, más que nada, a los que me han apoyado durante este año, y no me han dejado rendirme. ¡Imagínense, promocioné El Guardatextos en la radio! Sí, hay mucho por delante…

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