Damas errantes. Dos poemas de Verónica G. Arredondo


De “El Aquelarre”

 

En el fuego hay una danza,

remolinos entrecruzados,

ronda de espíritus que se tocan

hasta confundirse.

No son piernas ni manos

ni brazos con alas los que se persiguen:

brotan de la tierra.

Muecas de espanto,

contorsión de extremidades.

 

En el sonido de las brasas,

en el trazo de las constelaciones en fuga,

en el contorno de las piedras que rodean las hormigas,

la pitonisa descifra el futuro:

en la esfera en llamas,

el bosque nocturno, la danza azul.

 

 

De “Linda maestra”

 

Su cabello se extendía hasta rodearle el cuerpo. Se confundía con la noche y su sombra, con la de una pitonisa. No eran serpientes las que alargaban sus extremidades, llevaba por cabello: tentáculos. En el frío su abrazo succionaba su respiración hasta la asfixia. Ella era su propia guarida. Dormía con el vientre abierto, dentado; sin darse cuenta, se engullía hasta desaparecer en un orgasmo o atragantarse en un bostezo.



Damas errantes (Policromía Servicios Editoriales/IZC, 2019).


Verónica G. Arredondo (Guanajuato, 1984). Autora de los libros de poesía Ese cuerpo no soy (UAZ/2015), Verde fuego de espíritus (IMAC/2014), Damas errantes (Policromía Servicios Editoriales/IZC, 2019); del ensayo Voracidad, grito y belleza animal (UAZ/2014). Beneficiaria del Programa de Estímulos a la Creación y al Desarrollo Artístico en Zacatecas, en Creadores con Trayectoria 2019.


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