El niño se avecina nuevamente. Cuatro poemas de Juan David Torres


El niño se avecina nuevamente

Las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón.
Alejandra Pizarnik


Vengo en los pétalos de una flor blanca,
            luz sin contratiempos y sin explicaciones.

Vengo en las miradas ajenas, en espejismos
y en telas manchadas con el color de mis hijos,
            quienes intentan recoger mis cenizas temiendo a nombrarme.

Vengo sin miedos, en la canasta de un niño
que pone su dedo índice en mi frente y me grita:

        ¡Nunca nos volveremos a ver de nuevo
        porque aprendí a morir, por tu culpa!


Herida

La herida se alimenta de mi madre, se alimenta de mi padre,
se alimenta de mi cuerpo, se alimenta de los vivos a mi alrededor
y les dicta la manera correcta de callarse su presencia.

Es gris y oscura, tiene un sabor agrio y se trepa por las piernas
hasta apropiarse de todo lo que no le pertenece,
de todo lo que nunca será suyo.

Viene en la placenta, en la memoria,
engorda y enflaquece,
se esfuma con el sueño y se aparece en la madrugada
para ser reconocida y buscar entendimiento.

En la hora de su génesis
y con el cansancio de mis dientes
le hago una pregunta:

¿Cuándo dejarás libre a mi carne y a mi alma?


Memoria

En esta habitación transcurren mis recuerdos, libres y vivos,
mi madre desnudándome para meterme a una bañera de cemento
la madre de mi madre que introduce sus dedos entre mi cabello
una y otra vez sin detenerse
una sonrisa, mi piel de ébano tan suave, mis manos pequeñas,
las muestras de amor que tenía mi padre, quien dejó su hombría en el olvido por unos años.

Se pasea la memoria
quién expone los recuerdos en un plato de cerámica
dónde puedo cortarme en pedazos bien repartidos
que siempre se regeneran con el dolor.


De mí brota la vida

Cuando el escándalo de la oscuridad
se encarga de invadir los rostros que pudieron ser felices
algo brota de los más profundo de mí
y puede ser pecado
pero es imposible verlo de tal manera,
somos vida
de nosotros brota la vida
y no en las mejores condiciones
porque ya no podemos ser luz
porque ya la luz no existe.
Hoy los cuerpos se debaten entre las sombras
y la pequeña ventanilla en el techo.


Collage de Esteban Vicente (1903-2001).

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Juan David Torres (Cereté-Córdoba, Colombia, 2004). Escritor y promotor cultural. Es parte de un colectivo de jóvenes llamado Kiabjelú, donde se comparte el arte, la cultura, el apoyo a jóvenes, la promoción literaria, poética y demás. Ha publicado poemas en plataformas y revistas digitales como La poesía del prójimo, Kametsa, Vórtice, Isliada y Casa Bukowski, en esta última es embajador y representante desde Colombia en busca de voces poéticas. Director del programa radial “Desencuentros”, ha recitado en espacios tradicionales y en medios virtuales creando propuestas en énfasis social y cultural. 

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