No podrá borrar la lluvia. Seis poemas de Mariela de la Peña
Maljut
Nos
vemos como no somos,
perdidos
en formas establecidas.
Nos
fragmentamos una, dos, una, dos veces;
Dejamos
a un lado el paraíso,
para
ir al reino.
Reino
sin riqueza
reino
de ilusión
reino
de la tierra
reino
de lo más bajo
reino
de miseria
reino
sin rey
sin
reina
sin
Dios.
Sólo
a través de mí se llega al padre.
¿Lo
has escuchado?
Sube
los seis escalones
Toma
tu tiempo, mas no te detengas.
Llegarás
a la pirámide soñada,
llegarás
a casa.
Dios
no quiere tus flores
Dios
no quiere tu oro,
Tu
incienso, tu mirra.
Dios
quiere que te ganes el pan con el sudor de tu frente.
Dios
quiere que seas como Él;
se
lo pedimos un mal día,
nos
creó a imagen y semejanza.
Nosotros
mismos nos expulsamos del paraíso,
mas
no caímos. Explotamos.
Nos
vemos como no somos,
perdidos
en formas establecidas.
Nos
fragmentamos una, dos, una, dos veces;
dejamos
a un lado el paraíso,
para
ir al reino.
Sin
darnos cuenta que siempre
estuvimos
en casa.
No podrá borrar la lluvia
I
Y
retiemble sus centros la tierra,
después.
El sonoro rugir del cañón.
Caminamos
en silencio,
nuestros
ojos gritaban.
Boca
encintada,
manos
unidas,
ese
día no hubo sol,
no
ha habido sol en cincuenta años.
Lo
hago por ti y por los hijos que no tuve.
Por
mi madre que no me vio volver.
Por
los gritos de lucha antes que de los de auxilio.
Por
los corazones latentes que no podrá borrar la lluvia.
Ese
año nos quitaron la medalla de oro,
ganamos
la eternidad.
Olimpia,
ven y borra mi cuerpo,
que
mi alma sigue luchando,
que
nunca podrán limpiar las calles
ni
el suelo condenado a sacrificio,
fuimos
ofrenda un mes después,
bañados
en cempasúchil, brillando en veladoras.
Nunca
podrán limpiar las calles, ni las páginas en la historia.
II
No
perdono. Ni perdonaré,
ni
mis hijos ni mis nietos lo harán.
No
perdonan las calles, las pancartas,
los
zapatos abandonados,
no
perdona la plaza, las grietas del pavimento.
No
perdono. Ni perdonaré. Porque no olvido.
Porque
no te he olvidado a ti, hermano,
mi
camarada que escuchaba música en su cuarto,
que
jugaba a la libertad entre libros y cuadernos,
no
olvidan los escalones
ni
las ventanas rotas.
No
olvido. No quiero olvidar.
Porque
tampoco me he olvidado.
Gritaré
tu nombre. Gritaré su nombre sesenta y ocho veces,
buscaré
en el cielo luz bengala producto de un deja
vú,
producto
de un sueño.
Despertaré
temprano; lucharé por ti,
por
los hijos que no tuviste,
Por la madre que no te
vio volver.
Gritaré
en lucha antes que pedir auxilio;
Lucharé
por los corazones latentes que no podrá borrar la lluvia.
Lucharé.
Para
que nada, nada, haya sido en vano.
Un día después
Toma
flores.
Deshójalas:
una por una.
Toma
insaciable amor,
entre
tus manos,
entre
tus piernas.
Deshójalo:
uno por uno.
Toma
mis labios,
exprímelos
con los tuyos.
Deshójalos:
uno por uno.
A
estos ojitos tristes un día después,
guárdalos
bajo la tierra de tus macetas;
han
de echar raíces,
crecerán,
así, tristes:
como
el gato que duerme bajo tu cama;
crecerán hojas verdes,
nacerá
amarilla la flor de iris.
Tómala.
Deshójala:
pétalo por pétalo.
Pequeñas
manos que buscan.
Pequeñas manos que buscan enredarse en las tuyas.
Pequeñas manos que buscan enredarse en las tuyas, así: pálidas, resecas. Así: mis manos.
Pequeñas manos que buscan enredarse en las tuyas.
Pequeñas manos que buscan enredarse en las tuyas, así: pálidas, resecas. Así: mis manos.
Busca
mis bragas en la obscuridad,
tómalas,
Deshójalas:
hilo por hilo,
hasta
quedar tan solo encaje negro. Guárdalo.
Cuando
veo tus ojos a medio morir,
cuando
te escucho gritar;
ahí
es cuando me vengo,
ahí
es cuando me vengo en tu cama,
ahí
es cuando me vengo en tu cama, en la tierra, en el reino, en el centro del
universo.
Quedando
acostado,
momentáneamente
sonriente, tranquilo.
Quedando
renovado. Con tus ojos a medio vivir.
Tomando
aire,
tomando
alcohol,
tomando
la decisión de llamar un día después.
Tuve
el descaro de buscar en otros cielos
la
visión que sólo puedo ver por tu ventana.
Tuviste
el descaro de invocar un “te quiero”
cuando
me recuperaba de un espasmo.
Tuvimos
el descaro de amarnos
cuando
son tiempos de guerra.
Quedando
inconformes, anhelando.
Quedando
inconformes, anhelando que todo sea cierto.
Quedando
inconformes, anhelando que todo sea cierto aquí y en los tres mundos restantes:
bastos, copas, espadas y oros.
Deshojándonos:
uno por uno
Ronroneos
Los
días son más largos,
llegas
con el sol siendo verano.
Despiertas
temprano
ronroneas,
maúllas.
Te
escondes bajo la cama,
vuelves
a salir cuando la lluvia se acerca.
Te
escabulles, saltas, trepas,
llegas
a lo alto.
Desde
ahí ves la ciudad
los
cerros, el tráfico,
las
nubes, los otros gatos.
Eres
solsticio cuando sonríes,
cuando
abres los ojos,
cuando
cantas.
Te
acuestas en el sillón,
quieres
que te acaricie mientras duermes.
Sueñas
con el mar, con peces de colores,
sueñas
que navegas,
que
eres quietud y no tormenta.
Y
despiertas temprano
ronroneas,
maúllas.
Llegas
siendo verano.
Lotería
El
mundo,
El
sol, La luna, La campana, La escalera,
El
barril, La botella, La estrella,
El
cantarito, La maceta, El corazón, La botella,
El
músico, La botella,
El
bandolón, La botella,
El
paraguas, La botella,
La
calavera,
La
botella,
La
botella,
La
botella,
…La muerte.
El
borracho.
Ni
El soldado ni El catrín,
El
borracho; en una noche,
en
una noche callada, en una noche tumulto,
un
día, un día de estafas,
un
día de dolor, en su casa,
en
su casa cocina, en su casa campo minado,
o
en cantina, o en un bar.
Me
topé con él.
A
obscuras, frente a las cartas,
frente
a el árbol de la vida.
Olor
a jabón, hierba,
al
cuero de su chamarra y licor de canela,
en
la mezcla perfecta de dosis iguales.
Los
componentes de un cuerpo terrestre,
sometidos
a la materialidad del reino,
sometido
a parecer humano.
Extraño
y hermoso ser en cautiverio,
cuidando
de un pedazo de tierra que no le pertenece;
no
le pertenece nada,
no
le pertenece a nadie.
Se
tambalea en las aceras,
caminando
en zigzag,
usando
siempre los mismos zapatos;
bajo
la lluvia tormenta huracán,
se
tambalea en las aceras,
caminando
en zigzag.
Con
el brazo izquierdo:
sostiene
una caguama,
la
cuida.
Con
el brazo derecho:
amarra
la cintura de La sirena,
la
cuida aún más.
La
sirena.
Ni
La dama ni La chalupa,
La
sirena; amarra la cintura de La sirena,
amarra
la cintura de mí.
¡LOTERÍA!
Pude
gritar al fin.
Pudiendo
demostrar al mundo
que
El borracho también te puede hacer ganar.
Credo
Creo
en el amor Todopoderoso.
Creador
de lo inhumano y soberbio.
Creo
en su solo hijo, la desolación,
que
fue concebido bajo los efectos del alcohol.
Nacido
de las no vírgenes
y
padeció bajo el poder de un perdedor.
Fue
exiliado, muerto y sepultado en los recuerdos;
descendió
de lo terreno, al tercer intento,
resucitó
de entre las esperanzas muertas.
Subió
al cielo,
por
un momento se sentó a la derecha de la infinidad de los deseos,
desde
ahí viene a juzgar a vivos y muertos.
Creo
en el amor oscuro
de
alcantarillas de ciudades, en el amor profundo.
Creo
en el amor de locos,
insensatos,
asesinos,
camaradas,
curas y santas.
Amor
de rebelión y hospicio,
amor
damnificado, de caos, resortes,
huracanes,
de terremotos y causalidades.
Creo en el amor de dos…
de dos días, dos
años, dos vidas.
No somos almas gemelas.
Somos
almas que conspiran.
Creo
en el amor de zapateros,
de
carniceros, de putas y floreros;
de
tierra, hojas, espinas.
Creo
en el amor de los ciegos,
miserables
y olvidados.
Creo
en amor de ventanas,
paredes
y terrazas.
Amor
de solitarios, rechazados y humillados.
En
el amor de lobos, serpientes y cazadores;
creo
en el amor de los rencarnados,
de
los que pelean a muerte,
de
los que triunfan y besan.
Creo
en amor de niños,
de
ancianos,
de
veleros,
de
manos,
amor
de cintura para abajo,
de
caricias o araños.
Amor
crucificado.
Creo
en el amor santo.
Creo
en la iglesia de tu alma,
la
comunión de tu silencio,
en
el acumulo de pecados,
la
putrefacción de la carne
y
la muerte etérea….
Amén.
Mariela de la Peña (Durango, Dgo., 1995).
Estudió la Licenciatura en Artes Visuales en la Universidad Juárez del Estado
de Durango. Ha participado en diversas exposiciones en el área de pintura, dibujo,
grabado, fotografía, tanto en Durango y Puebla. En el 2017 el Instituto de
Cultura del Estado de Durango le publicó, dentro del margen del Festival
Revueltas, Pedacito de Jardín.
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