Un hombre lleno de incertidumbres y trastes sucios. Seis poemas de Daniel Miranda Terrés
Días
que van amontonándose uno a uno
como
sábanas sucias que se apilan en un rincón del cuarto.
Piedad Bonnett
*
Ayer
reparé el lavabo.
Estuve
por casi una hora
cambiando
un par de engranes.
Poco
puede un desarmador
contra
los años
y
el desgaste del acero.
El
tiempo
y
sus batallas ganadas,
su
ejército de días
invadiendo
la casa:
cada
tubería rota,
los
agujeros en mi abrigo,
la
aspiradora
que
detuvo sus funciones.
Ayer
reparé el lavabo.
Y
hoy ha vuelto a fallar.
Cada
gota que cae
repite
lo mismo.
Escucho
su fatiga,
su
modo de quejarse.
Por
segundo día
se
ha formado
un
charco en el baño,
la
mañana estancada
sobre
viejos azulejos.
¿Cuántas
horas han pasado
desde
aquel par de engranes
recién
colocados?
Permanezco
indefenso
ante
el desastre.
Una
caja de herramientas
no
es suficiente
para
enfrentar al tiempo.
*
Para
Gadiel
Leonardo
prefiere los días
en
que atraviesa
la
puerta
y
es su padre
quien
lo espera.
Apenas
tiene siete años
pero
siempre corrige a sus maestras:
les repite que no es mi
hijo.
Deja la escuela
seguro
de sus palabras.
Al
subir al auto
mira
los árboles
tras
la ventana,
imagina
ejércitos
con
espadas
invadiendo
las calles.
Me
advierte
que
el semáforo es un dragón
de
tres ojos.
Por
un momento
deja
de importarle
que
sea yo
quien
lo lleve a casa.
Se
siente seguro
de
enfrentar
cualquier
batalla
cuando
le respondo
que
hay cien caballos de fuerza
en
el viejo motor
de
mi auto.
*
Decidimos
que así fuera.
Que yo me
quedara en casa
y tú no
perdieras el empleo.
Hicimos
cuentas.
Comparamos
salarios.
¿Quién de los dos
lava la ropa?
Y entonces
nos miramos.
La pregunta
más simple
de la gente
nos
sonroja.
Trabajas a
diario
desde la
gris soledad
de una
oficina.
Largos
pasillos
sin luz verdadera,
hombres con
fijador en la cabeza,
secretarias
que no recuerdan
lo que
sueñan.
Cada taza
de café
deja en tus
labios
el sabor
amargo
de los
días.
Es casi
nada
lo que
puedo ofrecerte
cuando
vuelves:
tus
vestidos sin arrugas;
las
ventanas limpias
que te
muestro
con
ternura.
Soy yo el
que se queda en casa,
con el olor
de tu cuerpo
después de
la ducha.
Nunca
obtendré
un ascenso
pero debes
saber
que jamás
lloro
cuando
rebano
una
cebolla.
*
Quisiera
salir a la calle
sin que
tantas escaleras
se
interpongan.
Encarar al
mundo
desde un
sexto piso
me
perturba.
Deberíamos
marcharnos.
Y vivir en
una casa
de madera,
alejada
del trueno
de
los días,
con un
jardín
donde
podamos esconder
nuestro
cansancio.
Una casa
en la que el sol entibie
el cuerpo desnudo
de las horas
y
un río lave el rostro de los días.
Te miro a
los ojos,
sin
embargo,
y
permanezco callado.
Yo no sé
andar carreteras
ni bosques
y la
televisión por cable
nos
reconcilia al anochecer.
*
Hay
rincones donde el polvo
se
acumula,
pequeños
espacios
imposibles
de barrer.
Algo
de otros días
habita
bajo los muebles.
El
polvo encuentra su sitio
en
el más triste fondo
de
la casa
donde
las escobas
son
torpes instrumentos.
Siempre
debajo,
a
salvo
de
volver a caer,
permanece
oculto,
esperando
a
que el viento
lo
lleve
a
cruzar la puerta.
*
Las moscas
prefieren
el
encierro
que
hay en casa.
Recorren
sin prisa
la
orilla
de
los muebles,
se
ocultan
entre
los trastes sucios.
Evitan
cualquier aleteo,
son
pacientes
a ras del suelo:
a ras del suelo:
encuentran
siempre
una
migaja.
Permanecen
indiferentes
ante
la inmensidad.
Aún
en los campos
prefieren
la espalda
de
una vaca
que
volar.
Estos poemas forman parte del libro
Un
hombre lleno de incertidumbres y trastes sucios,
Premio Nacional de Poesía Ignacio
Manuel Altamirano 2019.
Daniel
Miranda Terrés (Estado de México, 1988). Estudió Creación Literaria en el
Instituto Nacional de Bellas Artes. Es autor de los libros: Pan: el dios del miedo (Ediciones
Simiente. Premio Nacional de Poesía Clemencia Isaura 2015); Anatomía del fracaso (Mantis Editores. Premio Nacional de Poesía
Bartolomé Delgado de León 2015); El libro
de la enfermedad (Ediciones Cuadrivio. Premio Internacional de Poesía Ramón
Iván Suárez Caamal 2016). Un hombre lleno
de incertidumbres y trastes sucios (Premio Nacional de Poesía Ignacio
Manuel Altamirano 2019). En enero de este año, la revista Chilango lo consideró como uno de los escritores jóvenes a seguir.
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