De lo impredecible del deseo. Siete poemas de Damián Katz

Amalia

A mi madre.

"¡Qué sencillo

es a quien tiene corazón de grillo

interpretar la vida esta mañana!"

Conrado Nalé Roxlo

I
Mi madre se fue en un poema de Conrado Nalé Roxlo
con el corazón lleno de grillos,
en un silencio nocturno e inaudito.
Seguramente, para no perder la costumbre
me seguirá tapando por las noches,
poniéndome comida en el plato
sin preguntarme
Es que el amor de madre
es el más anacrónico
y el más vigente;
se las ingenia para contrabandear palabras
y canciones de cuna,
saltando los cercos de la muerte.

II
Ella me sigue hablando desde la ausencia,
desde lo cóncavo de las cucharas
y lo convexo del ojo de los pájaros.
Todo tiene sus manos;
hasta el aire es una voz que no duerme
y pronuncia mi nombre,
mientras lo cubre con su frazada de hojas secas.


Acunando a Ambar

Cada llanto y cada calma son desafíos
pequeñas victorias en esta batalla del amor
La paternidad torpe buscando en los ancestros
la huella inédita de su nombre
El momento en que quedamos solos
ante el grito primero;
comandantes de una endeble jangada
perdida en este mar en este baño de lenguaje
donde sobrevivimos día a día

acunando a Ambar.


Lo que trasciende

Darle de comer a mi hija;
en ese acto
donde come mi descendencia,
también lo hacen mis muertos

Cada bocado
(luz que atraviesa
lo intemporal de las bocas)
bordea un vacío
donde poder hacer pie

Darle de comer a mi hija,
que sonríe mientras come,
y me alimenta.


Corriendo por la costa

Salir del soborno de los días.
cada pisada es libertad,
silencio que se habita.

Aquiles sobrevolando el talón
más vulnerable del invierno;
la respiración que sostiene su pregunta
desde el fuelle de Dios en los pulmones.

Huye Ulises de Calipso
hacia el sol que inventa el horizonte;
la transpiración cubre el cuerpo,
agua lustral purgando sombras,
luz victoriosa que se lleva
todo lo mirado
al trote tenaz

el piso hacia atrás
como un recuerdo;
las manos espantando moscas de amargura,
péndulos infatigables
en su reloj de sangre

adolece la plaza en una orgía verde;
fija en el rostro del futuro
la mirada anda sobre ruedas
libando niñas de flores en los ojos

hoy la muerte se calzó las zapatillas
y compañera nos perdona el desatino
de no hablarle hasta la meta de llegada

hay algo en el correr que emprende vuelo
desde una huella adormecida,
la palabra en los pies quebrando la llovizna.

una mudanza a paso firme insiste
en asir el lenguaje del mar;
las estatuas pasan guiñándote los ojos
mientras monta a Rocinante un gorrión idealista

al cruzarte con el corredor desconocido
un íntimo fulgor que nos redime en la mirada
se multiplica en todos los espejos

hay algo en el correr que nos absuelve
y triunfantes volvemos
a aceptar nuestras derrotas.


Ellos velan

"los artistas velan

para que el dolor

se ilumine de esperanza".

Daniel Calmels

Junto al olivo de Federico
se desangra la tarde
en que han muerto los pájaros,
y la humanidad fusilado sus espejos.
Fijman ve en Dios
un sosias con pilchas de loquero
que arrepentido de olvidarlo
le besa los estigmas de los clavos voltaicos,
y en las manos de su memoria lacerada
le vierte una lágrima amarilla;
onírica, Alfonsina se interna en el mar
para que las olas
le dicten el último poema
llevado por el agua.
Octavio Paz
ha decidido evaporarse en todos los instantes
y como nube azteca habitar los epígrafes
que riegan tu escritura
Neruda, ejerciendo el consulado de su voz
mientras Miguel Hernández
acuna la sombra de un niño
bajo una luna de cebolla

velas como éstas
siguen dando luz
al nuevo día.


De lo impredecible del deseo

A Gabriel Moisano.

"Todo deseo nace en la ausencia".

Jaques Lacan

Uno sabe piensa intuye anhela necesita
pero el camino vital que va trazando
sigue un misterioso designio
piel deletreada bajo el nombre
marcas que no podemos ignorar
lo que nos dicta el lado oculto del ojo
lo que convoca la lluvia del otro lado del espejo
el objeto está perdido más allá de todo cálculo
pero pulsa     cuestiona     hace de las suyas     hijos
entre estatuas, certezas y buenos consejos
solito
con la soledad de quien abre un camino
el deseo
    como un niño
        nos saca la lengua y ríe.


Éxodo

Traigo en la sangre un lenguaje
que se ignora a sí mismo
pájaro ciego
en el árbol genealógico del viento
follaje antiguo
que vierte su cabellera de luz
sobre la espalda de mi sombra lastimada.

mapa ajado, incompleto
en la fulguración de un nombre
donde los ojos bajan a beber
su albor de lluvia.

voces, pequeños gestos
el vuelo de una luciérnaga incendiada

venir desde el origen
donde las palabras,
caminante
cuelgan como espejos.

Poemas incluidos 

en el libro Ala de la poesía.

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Damián Katz (Rosario, Argentina, 1975). Reside en Mar del Plata desde el año 1992. Licenciado en Psicología por la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP, 2004). Como psicólogo se desempeña en el área de atención clínica, continuando su formación profesional dentro del campo del psicoanálisis. Coordina distintos espacios grupales de lectura y escritura creativa, articulando arte y salud mental. Ha publicado en coautoría el poemario De tanto volver (2011, Editorial Martin). Ha participado en diversos eventos literarios, antologías poéticas y colaborado en revistas literarias. Ha obtenido reconocimientos en concursos literarios de alcance local, nacional e internacional, algunos de los cuales fueron: 1er. Premio en Concurso Internazionale di Poesía “Onde Mediterranee”; Onda sexta: “Poesia del mondo”, Tropea, Calabria Italia (2009); finalista del Concurso Internacional Hespérides (poesía, 2008); mención de honor en el Certamen Nacional e Internacional de Cuento y Poesía JuninPais (2009 y 2011); primera mención en Certamen Literario Internacional Lágrimas de Circe, Hacia Itaca (2019) y 1er. premio en mismo certamen (2020) en la categoría ensayo; y finalista en Abrazo de Voces 2019, organizado por Las Pretextas, Buenos Aires. Ala de la poesía es su primer poemario en formato papel, siendo de alguna manera versión corregida y aumentada del libro digital titulado ¿Qué se escribe cuando se escribe?, publicado bajo la misma editorial.