Bebé

Rafael Aragón Dueñas


El camión está atestado de pasajeros, sólo hay dos asientos disponibles, detrás de ellos hay un hombre sosteniendo en brazos a un bebé. El autobús se va por unas calles y por otras dando vueltas. Esto ocasiona que el infante se maree y vomite en los dos asientos. Los pasajeros ven con repulsión esa escena y disimulan no haberla presenciado. El tipo sostiene con un brazo al bebé y con el otro extrae del bolsillo de su pantalón un pañuelo; limpia los labios al pequeño. El ómnibus se detiene, se sube una hermosa chica elegante. Con la mano derecha le paga al chofer con un billete de $20 y en la izquierda tiene el teléfono celular; el conductor se hace tarugo en entregarle la feria mientras voltea a verle las nalgas. El camión avanza, ella, hipnotizada con el aparato móvil, se sienta en uno de los dos lugares disponibles. El hombre, incorporándose con bebé en brazos, se dirige a la parte trasera del bus y anticipa su parada. El ómnibus se detiene abriendo automáticamente la puerta. Él baja, se queda contemplando cómo el camión avanza con velocidad formando una gran nube de smog. 

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