Debo haberte encontrado bajo la sombra de un animal herido. Cinco poemas de Piero Briknole


Milenios

Cuántos milenios se puede
vivir sin aire puro
Y a cuántos cuerpos de distancia
está la distancia de mi cuerpo
Piedra sobre aire musgo animal
escápula acuarela
Presbítero de fantasía
Cuántas sombras tiene
la sombra de mi sombra
Y a cuántos soles ha iluminado mi corazón
Ave lagomonte siembra de raíz
Sabes tantas cosas sobre nada Lo ignoras
Todo bellamente azul
Todo bellamente ámbar
Todo isolado en curvas y
espirales
Todo helicoidal en tu remembranza
(acorde geométricamente extendido
segundo quinto primero sexto) love mood
Cuantos poetas tendrán que morir
para nacer tú en mis manos
Wakarawaya mujer de aleteos
Wakarawaya mujer de esperanza
Yo estoy naciendo siempre
en donde pueda nacer
Yo estoy esperando siempre
en donde muere ananda
A que el tiempo me recoja
y me dé de comer
Milenios


Am7

Despiertas
Abres puertas
Cierras puertas
Despiertas
Incendias la mañana
Con tus sueños blandos
Traes entre brazos
El rumor de las olas
Amaneces como las flores
Del hemisferio sur
Y me haces pensar
En la inmortalidad de las rocas
Con tan solo ver
El sol teñir tus muslos
Iluminar tu vientre
Dar color a tu templo


X

Los versos flotan en la madrugada como
sirenas desahuciadas sobre la piel del poeta.

La piel del poeta es un desierto de lava incendiaria
y una pradera de cactus místicos llenos de magia verde.

La magia verde es el susurro de la selva
y un tsunami eléctrico de ánimas mágicas.

Las ánimas mágicas son viajeros intergalácticos
que  no se estropean por estar temblando frente a un escritorio o frente a una taza de café.

Los escritorios y las tazas de café son viñedos mustios
en donde, de cuando en cuando, nace un ánima mágica y se le pone a salvo en un frasco.

Los frascos son muros y
son también la piel del silencio.

El silencio puede ser de arena, de humanos
 o de flores que viajan hacia el sol.

El sol es el yang absoluto
y tiene corazón de Dios.

Dios es la mañana que nunca acaba
 y que nunca empieza acá en la tierra.

La tierra es un huevo de tortuga galápago
            inmenso
a punto de explotar.

Explotar es mutar, crecer, expandirse.

Expandirse es ir a donde se va
sin alejarse por ello del origen.

El origen es un chino pescando algas en Mercurio.

Mercurio es un planeta y en miniatura es un veneno.

Un veneno es eso que te expande hacia donde tú no quieres y te deja sobre las manos un cadáver aterrado.

Un cadáver aterrado es una roca partida por un rayo.
Y un rayo es parte del sistema nervioso del cielo.

El cielo es esa bóveda amplia y vacía,
y es un portal que se recubre así mismo
con un manto de Éter.

Un manto de Éter es una caricia de la Luna.

Y la luna es quien sea que se eche a mi lado
a tejer mis cabellos.

Mis cabellos son raíces de un sauce viejo.
Y un sauce viejo soy yo de joven.

Y yo de joven soy el poeta.
Si es que el poeta es un surfer
            de oasis enmarañados
que hacia todos lados va
que hacia todos lados viaja.


Capicúa

Mientras te adentras
En los valles del mantra
Y tu piel conífera
Deambula dislocada de tu cuerpo
Los bosques se ensanchan
Para tenerte entre sus brazos
(alfa, pastizal, secuoya)
Yo estoy desnudo
Temblando en una cueva
Y las constelaciones que flotan
Como verdugos enternecidos por un halo
Pueden ser también
El inicio del caudal de mis sueños
No pensaría en salir a buscarte
Pues a este cuerpo le faltan
Pies y palabras graves
Mas si habría de hacerlo
Tomaría todo aquello
Que se desprende de los solsticios
Y dejaría atada aquí mi forma humana
Con sus 5 estancias de acuario
Con su luminosidad hecha de vísceras
Y palos santos
Para entrar en ti como lo hace
El viento


Debo haberte encontrado bajo la sombra de un animal herido

De pronto estabas ya sangrando color azul de pradera eterna
No podía yo evitar tu vuelo
Ni tú podías evitar la imaginación
Un hondo lago nació bajo nuestro
El agua traía plumas de ave multicolor
Y debajo se oía la risa de algún dios menor

Debo haberte encontrado bajo la sombra
de algún animal perdido
De otra manera no recordaría ni el lugar
Ni el momento habitual en que las cosas
Simplemente suceden por obra y gracia de la obra y gracia

Recuerdo tu sangre saliendo de mis poros
Tu risa brotando por mis húmeros
Tu piel trepando por toda mi espalda
(el dorso del alto mundo ruge el grunge)

Rehago cada sencillo momento
Incluso sentí entenderle al animal:
Apu taytayayay
 manan hurt me anymore.
 Apu Clemencia!! Apu Victoria!!

Y no entendí más ni la voz ni lo que veía
Y así es como debí haberte encontrado bajo la sombra de algún animal perdido
Perdido
Pero sus pelos eran también los pelos
De la montaña que nos sostenía (ahora con el lago de plumas)
Y su cola era la redención de los pobres y faltos de espíritu
Atalaya

Tu fundamento está
pero tú no existes
Y tu idea ha valido el verbo pájaro flor espacio
Y tus sueños se hicieron carne
Y aparecimos todos en tu mundo
Súbito clemente amarillo

No basta el color para encontrar el color
No basta la furia para escupir y derribar paredes
Asesinos atosigados en la puerta de mi hotel
Buscándome no a mí sino a mi sombra
Esa que le debe al pan al pan y al vino vino
Esa que te encontró en una plaza
Ya casi no tú
Ya casi amigo de todo
Ya casi ofrenda universal

Y la sombra del animal se volvió tu ruta al ascenso
Poeta del milagro
Hombre
Anfibio
Sueño líquido


Piero Briknole (Lima, 1992). Poeta, músico y artesano digital. En 2017 publicó la plaqueta cartonera Black Sun Helix. Forma parte de las ferias autogestivas Antifil y La Caravana de Poesía en los cuales se ha encargado de la fotografía y comunicación. Actualmente se encuentra en el proceso de edición de su primer poemario con Ediciones Mal de Mar (Buenos Aires, Argentina).

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