El ambiente similar en las obras de Poe y Quiroga
Rafael
Aragón Dueñas
La vida, a veces,
es muy trágica en algunas personas, y la personalidad humana se destaca por
eso. Hombres que estuvieron marcados por las constantes muertes de seres
cercanos, tragedias familiares, desamores y, finalmente, la muerte llegada a
cada uno de ellos o de nosotros mismos. La literatura está sumamente
influenciada por ello, escritores plasman en tinta y papel su estilo
característico, ya sea con tintes semiautobiográficos.
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Daguerrotipo de Edgar Allan Poe (1848) tomado por W.S. Hartshorn. |
La misoginia siempre está presente
en la obra de ambos literatos. En “El gato negro” del escritor estadounidense, el protagonista sufre de alcoholismo,
y está obsesionado con matar al gato de la familia, su esposa se interpuso, él,
en un arranque de furia, enarboló los brazos con el hacha en manos, la asestó
en el cráneo de su pareja:
“Olvidando
en mi furor el temor pueril que hasta entonces contuviera mi mano, asesté al
animal un golpe que habría sido mortal si lo hubiese alcanzado como deseaba;
pero el golpe fue evitado por la mano de mi mujer. Su intervención me produjo
una rabia tan diabólica, que desembaracé mi brazo del obstáculo y le hundí el
hacha en el cráneo. Mi desdichada mujer sucumbió instantáneamente, sin exhalar
un solo gemido. Consumado este horrible asesinato, traté de esconder el cuerpo”.[1]
En el cuento “El solitario” del
escritor uruguayo, Kassim es un joyero de profesión, su labor se desempeña
reparando joyeros y aretes que los clientes traen. Un día, le entregan un
solitario, brillante y el más admirable que hubiera pasado en sus manos. Su
esposa se obsesiona con dicha joya, trata de arrebatárselo pero éste lo impide.
Kassim trabaja horas perfeccionado el solitario mientras su esposa duerme. Ya
terminado el trabajo, él se dirige a la habitación, contemplando a ella cómo
duerme mientras tiene el camisón desabrochado, se acerca con el solitario en
mano y lo incrustó en el pecho de su mujer:
“El
rostro de Kassim adquirió de pronto una dureza de piedra y suspendiendo un
instante la joya a flor del seno desnudo, hundió firme y perpendicular como un
clavo el alfiler entero en el corazón de su mujer. Hubo una brusca apertura de
ojos, seguida de una lenta caída de párpados. Los dedos se arquearon y nada más”.[2]
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El escritor uruguayo Horacio Quiroga. Foto archivo El Litoral. |
Otro autor, de nacionalidad francesa,
tanto influido por Poe e influyente en Quiroga, es Guy de Maupassant. Su obra
refleja el naturalismo con un toque gótico siempre con un final ácido u amargo.
En el cuento “El borracho” maneja los temas del alcoholismo, gore y la
misoginia, el protagonista Jéremié mata a su esposa mientras dormía destazándola
con una silla:
“Entonces,
roto de cansancio, embrutecido por su violencia, volvió a sentarse en el suelo,
se estiró y se durmió. Cuando se hizo de día, un vecino, viendo la puerta
abierta, entró. Vio a Jéremié que roncaba en el suelo, donde yacían los restos
de una silla, y, en la cama, una papilla de carne y de sangre”.[4]
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Guy de Maupassant (Library of Congress) Published by Salem Press, Inc. |
“Vi
de pie en la antesala a una sirvienta bañada en lágrimas me dijo que Berenice
ya no existía. Había sido atacada por la epilepsia en la mañana temprano”[5]
También se nos muestra que fue enterrada viva: “murmuró de un sepulcro violado,
de un cuerpo desfigurado, que respiraba, que palpitaba, que ¡todavía viva!”.[6]
En “Los inmigrantes” de Quiroga una
pareja caminaba bajo la lluvia, mientras la mujer sufrió un ataque de eclampsia,
seguida de varias convulsiones, después concluyen y la vida también: “Hubo otro
ataque de eclampsia, del cual la mujer salió más inerte. Al rato tuvo otro,
pero al concluir éste, la vida concluyó también”.[7] La
eclampsia es la aparición de convulsiones durante el embarazo. En ambos
cuentos, hay una ligera alusión necrófila, en “Berenice” Egaeus profanó la
tumba de ella, y tal vez tuvo contacto sexual con el cuerpo cataléptico. En “Los
inmigrantes” él sostenía el cuerpo, lo cargaba en sus hombros y acariciaba:
“Sentóse de nuevo, y volviendo a colocar la cabeza muerta de su mujer sobre sus
muslos, pensó cuatro horas en lo que haría”.[8]
Lo característico en Cuentos de amor de locura y de muerte es
la muerte, la naturaleza en contra del humano como se puede ver en “A la
deriva”, la humanización de los animales como “La insolación”, “El alambre de
púas”. También se presenta un cierto nihilismo del hombre hacia la vida,
especialmente en los animales, en la naturaleza y en la vida humana. Ambos
escritores, tanto el estadounidense como el uruguayo, tuvieron una vida tanto
difícil, fue por eso que escribieron así, pero siguen siendo uno de los mejores
cuentistas.
BIBLIOGRAFÍA:
ALLAN POE,
Edgar, Autores Selectos, México, Grupo
Tomo, 2012.
DE MAUPASSANT,
Guy, Biblioteca del Terror: Nuevos
Cuentos Pavorosos, Barcelona, Fórum, 1973.
QUIROGA,
Horacio, Cuentos de amor de locura y de
muerte, México, Editores Mexicanos Unidos, 2011.
_________________,
Cuentos, México, Porrúa, 1994.
[1] Edgar Allan Poe, Autores Selectos, México, Grupo Tomo,
2012, p. 55.
[2] Horacio Quiroga, Cuentos de amor de locura y de muerte,
México, Editores Mexicanos Unidos, 2011, p. 37.
[3] Horacio Quiroga, op. cit., p. 62.
[4] Guy de Maupassant, Biblioteca del Terror: Nuevos Cuentos Pavorosos,
Barcelona, Fórum, 1973, p. 41.
[5] Edgar Allan Poe, op. cit., p. 183.
[6] Ibid., p. 184.
[7] Horacio Quiroga, Cuentos, México, Porrúa, 1994, p. 23.
[8]
Ibid., p. 24.
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