"Y el verbo se hizo polvo" de David Castañeda
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Y el verbo se hizo polvo, David Castañeda Álvarez, Policromía. |
Cuando termines de leer Y el verbo se hizo polvo habrá un dios a tu lado, quizá
refunfuñando, porque este libro es la palabra de un hombre contra la palabra de
un dios. Lo sabes bien: el dios es único, indolente, y ama la sequía y el
ruego. David Castañeda ha escrito este libro insolente y arcaico, visionario e
irónico, porque también lo sabe bien. De ahí esta parábola de la resignación y
la sequía; de ahí esta fábula de la desesperanza y la existencia. Mira, cuando
comiences a leer no te detengas, tampoco cuando lo termines. Tu camino aún será
muy largo. Sólo sabrás que ya llegaste a tu destino cuando el polvo –el verbo
se hará polvo– se haya por fin congregado en tu lengua. –Javier Acosta.
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David Castañeda Álvarez |
David Castañeda nació el 8 de diciembre
de 1984. Originario de Tula, Hidalgo, pero radicado en Zacatecas desde hace
nueve años. Estudió la Licenciatura en Letras en la Universidad Autónoma de
Zacatecas (UAZ) y la Maestría en Investigaciones Humanísticas y Educativas en
la orientación de Literatura hispanoamericana, de la misma universidad. Ha
asistido a talleres de poesía con el poeta Javier Acosta Escareño. Beneficiario
del PECDAZ 2013-2014 en la categoría “Jóvenes creadores” por el poemario Y el verbo se hizo polvo. Ganador del
Premio Nacional de Poesía “Ramón López Velarde” 2015 por el libro Un hombre, una mujer y un mirlo.
GENEALOGÍA I
Mis abuelos eran del campo.
Procrearon nueve hijos
y pusieron sus manos en el arado.
y pusieron sus manos en el arado.
Él y su caballo murieron de un golpe
de cielo.
de cielo.
Ella murió con el corazón gigante.
Y yo, que no soy de aquí,
reconozco su tierra
que aún no florece.
reconozco su tierra
que aún no florece.
TEMOR
Se murió Juan Pablo,
nadie supo cómo,
luego Sandra se ahogó en el pozo,
luego Manuelito se disparó en el pecho.
Todos comenzaron a temer
y oraban a Dios misericordia,
entonces Dios los escuchó
y vio que eso
era
bueno.
LA ESPOSA DE LOT
En los ojos de la abuela
ardieron 82 veranos.
ardieron 82 veranos.
Quedó ciega a los 54,
cuando huyó de su casa
y la sequía.
cuando huyó de su casa
y la sequía.
26 años miró el Desierto
a través de ventanas de sal.
a través de ventanas de sal.
LA ÚLTIMA CENA
A la izquierda del padre
la sal
a la derecha
el jocoque
las mujeres junto a las tortillas
y los niños bajo la mesa
con platos de frijoles y cebolla.
la sal
a la derecha
el jocoque
las mujeres junto a las tortillas
y los niños bajo la mesa
con platos de frijoles y cebolla.
Coman y beban.
ISAAC
Una y otra estocada
a la tierra.
Cargar y cargar.
a la tierra.
Cargar y cargar.
(El sol quemaba aun con el sombrero.)
Y llegar a comer masa
frita en manteca.
frita en manteca.
Así es la vida, no rezongue.
GENEALOGÍA II
Lula es hija de Constanza,
que tuvo a Jorge y Goyo.
Ya grande, Goyo se casó
con una prima de Heraclio
que era sobrina de Sandra
y hermana de Yeya.
Las dos eran tan chichonas
que les decían las vacas suizas.
Mi papá se las llevó a El-Ei,
dicen tierra de jebuseos
amorreos y cananeos
y donde Dios provee.
Kevin y Michael no saben
Quién es Lula, mucho menos
la historia de las uñas mugrosas
de Bartolo.
Los pueblos de a poco se olvidan
pero no desaparecen.
SÉPTIMA
TROMPETA
Hay un
pueblo de color rojo. Hay un Padre balbuceante que articula y desarticula
verbos. Hay víboras, chivas y nopales. Hay sequía. Hay desierto. Hay una abuela
mala, una suegra mala, y una esposa mala. Hay un hombre valiente y tristísimo.
Hay la angustia de tener qué comer y no tener qué comer. Hay adobe y, con los
ricos, hay ladrillo. Hay incesto y hay primas guapas. Hay sombreros y caballos,
y más allá, puro cerro. Hay sol, días con sol, noches con sol y más sol. Hay
cuervos y auras. Hay cadáveres y calaveritas de azúcar en noviembre. Hay
demonios rondando la casa. Hay un tren descarrilado y un rayo espantoso. Hay
látigo y hay un gato que parece Cristo. Hay abandono y ánimas llorando. Hay
ancianas enlutadas y brujas come hombres. Hay tapetes y camas de madera. Hay
tabaco. Hay chile. Hay niños rompiendo cacahuetes. Hay ropa sucia y sin agua.
Hay un delantal con manchas de manteca… Ay vida y muerte. Ay torbellino de
polvo que nos acoges. Ay tiempo, remolinos que nunca terminan. Ay orfandad de
tierra, abismo interminable. Ay polvo que he sido. Ay polvo que seré.
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