Tres poemas de René Peraza Gamón

*
Temo esconderme
tras estas letras
Y cuando salga
olvidar ser


*
Un eco

¿tú conoces el mar?
dicen que es menos grande y menos hondo
que el pesar.
López Velarde
No escribas más
duerme.
Enlázate en esa almohada
llena de sueños.
No pretendas escucharme
mientras toca la lluvia
en tu ventana.
Lleva lágrimas,
son el eco
  eco
    eco
      eco
del pesar.
Más hondo y más profundo
que el mar.


*

Ya hace tiempo que en el pasado esculco,
paso horas y horas sentado,
 pensando.
El sol me pega en la frente,
me invita a cerrar mis ojos
sin dejar de ver,
corren los segundos y sigo sentado
mirando el jirón de luz que entra
        por la ventana,
                                              
dejándose desnudas al aire
las partículas de polvo.

Horas y horas,
el minutero corre entre los segundos
    hasta terminar.
Saco las astas para tejer la noche
como Penélope,
que guardaba su confianza en el estambre
para que la presencia pasada de su esposo regresara.

Escribo los vientos,
dibujo las voces de los transeúntes,
enciendo las farolas
con mi cigarrillo.
                                   Veo la distancia.
Espero y espero,
a veces le pregunto a la distancia si el pasado
    se dignará a venir,
pero Distancia ya va muy lejos.

¡Ay, querida, Distancia!
Nunca contestas a mis plegarias,
ni a las fotografías                                        
de mi infancia y,
si algún día los viejos amigos escriben,
la señora de la tiendita vuelve a vender
dulces picositos,
y, si mi primer amor llama a mi puerta, querida Distancia,
mándame un recado
diciéndome que ya es tiempo de dejar
     de esculcar el pasado,
como cuando se busca un juguete,
esperando que esté al fondo de la caja.
Dímelo, no escatimes en papel, Distancia.
Sólo quiero que me digas
que ya es hora de volver.


Sin derechos.



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