Tres poemas de Ana Gabriela Banquez Maturana


Culpable

¿Será inocente el hombre que bajo su miedo desprende la vista del sufrimiento ajeno?
Entre lagos de lágrimas y ríos de penas,
    desasiéndose de la mirada,
        aún teniendo pedradas que pesan en la garganta.

Huyendo a ventajosas individualidades,
mientras realidades ignora,
haciéndose indiferente a esas frágiles vidas que huelen a martirio.

Como si entre muslos y piel
    no se identificara con los dolientes demacrados desde el alma hasta la razón.

Sin derechos, palabras, voto u opinión, y quizás una identificación.
El don nadie, que no registra en tu mente o tu nación.

Y tienes voz,
    porque eres bueno obedeciendo al sádico,
        porque en tus ojos asomas mezquindad,
            porque tu alma es todo despojo de bondad.

Entonces mueres sin esencia de lucha,
y sufres, al llegar la culpa con la que en tus noches de conciencia dudas,
¿qué bando merece mi ayuda?


Demente

Quería llorar el dolor que le baña el alma, salir huyendo a su suerte y ocultar demonios internos cuyas sangrientas llamas corrían por sus venas y le consumían como un vicioso a su cigarro o el fuego a la vela. Hallarse envuelta en las mudas soledades, entre vida y muerte deseando descender a un mundo menos desastroso. Miraba el demonio frente a frente, tras un traslúcido cristal, siendo el abismo de su perdición lo que mostraba el fondo de sus ojos, gritando blasfemias, mientras hiere su cuerpo desdichado. Torturando a su mente por haber creado ese monstruo que le hace perder el control, mientras, entre demencia y euforia va arrancando su cabello con manos temblorosas, siendo consciente en aquel momento de su trastorno.


Suerte

Resbalosas gotas de rocío
se arrastran miserablemente por mi rostro,
y se adhieren a la carne dolorosa que arropa mi alma.
No fingen aquellas lágrimas
el hastío inefable en que se sumerge mi vida,
y en ese instante solo deseo la muerte
para ver si tan grave mal halla mi cause.
Resignarme al desvarío hiperbólicamente desde
mi casa en ruinas,
con mi vida plenamente destruida,
no pierde cordura.
Haciéndole moldura a las crueles afrentas,
del desprecio profundo de la suerte mediocre
que me tocó.
En mi curso recurrente
se desvaneció mi buena fortuna,
entre un espabilar huyo,
y el festín de mis desdichas presidió.
La horrible arpía me traicionó,
la busqué entre días,
la aceché entre noches,
pero el viento la ocultó.
Y no la veo,
no la toco,
no la siento,
por mucho anhelo que le tengo.


Albane Simon: https://albanesimon.com/

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Ana Gabriela Banquez Maturana (San Onofre, Sucre, Colombia, 2001). Ingresó en el 2018 a la Universidad de Cartagena a realizar su pregrado en Administración Industrial. En el 2021 se dio a conocer como escritora al participar en la segunda edición del libro Mi máquina de escribir, escritores del mundo. Posteriormente, escribió la novela Vida: realidad poco perfecta (2021), publicada en más de 8 plataformas literarias a nivel nacional e internacional.

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