Vanguardia y tradición en Piedra de Sol de Octavio Paz

Óscar Ulises Valdés Martínez

El siguiente ensayo busca describir la manera en que convergen en uno de los poemas más conocidos de Octavio Paz, aspectos casi contrarios, por un lado, la visión mítica prehispánica (un aspecto constante en la obra poética y ensayística de Paz) y, por otro, el surrealismo (influencia directa de André Breton).
Son muchos los críticos que consideran Piedra de Sol el poema cumbre de Octavio Paz. Por algo se encuentra justo al final de Libertad bajo palabra, poemario que en voz de Eduardo Becerra constituye una especie de biografía poética del autor[1] y que, publicado por primera vez en 1949 tuvo cambios y adiciones hasta 1960, cuando se incluyó Piedra de sol dentro del apartado La estación violenta.
En este poema se distinguen sin problemas dos aspectos fundamentales, ya mencionados anteriormente: en su estructura, la huella de la tradición prehispánica, de importancia innegable para Paz; y en su contenido, la influencia del movimiento surrealista que había seducido al autor durante su estancia en Europa, años antes de que lo escribiera.
Y es que sin duda el contexto social que tenía lugar cuando nacía el poema e incluso la vida personal del autor debieron influir en gran medida para cristalizar Piedra de Sol en la gran obra, que es reflejo de la vida cosmopolita de Paz. Lo dice él mismo en Las peras del olmo: “toda creación transforma las circunstancias personales y sociales en obras insólitas. El hombre es el olmo que da siempre peras increíbles”[2] y, en este sentido, Pérez Galdós afirmaba que la vida del hombre y el trabajo del artista están tan íntimamente ligados y compenetrados que no pueden producirse por separado sin afectarse uno al otro[3].
Es imposible querer separar por completo a la obra del mundo que la concibió. Toda obra de arte es la respuesta a una pregunta y es absurdo intentar analizar una respuesta sin su respectiva cuestión. La literatura, como todas las artes, es gestada en medio de circunstancias sociales particulares que no pueden dejar de verse reflejadas en ella. Todo poema es resultado de, consecuencia de. Pues “colocada como está en el terreno de la vida práctica, es inevitable que afecten a la actividad literaria las alternativas a que toda realidad histórica está expuesta”.[4]
En 1945, Octavio Paz comenzó a ejercer como diplomático en Francia, donde conoció a algunos surrealistas, entre ellos a André Breton que acababa de regresar de un viaje por América en el que reafirmó su interés por los pueblos indígenas de ese continente. La presencia de Paz en el país europeo y su encuentro con el surrealismo marcaron un cambio de rumbo muy significativo en su trabajo literario.
Paz quedó encantado no sólo con la obra y la postura artística de Breton sino también con su persona. Su trabajo de diplomacia en Francia lo llevó por una u otra razón a amistarse enormemente con el surrealista; lo demuestra el ensayo La búsqueda del comienzo (escritos sobre surrealismo) en que dice que escribir sobre André Breton con un lenguaje que no sea el de la pasión sería imposible e indigno, además opina que Breton fue "uno de los centros de gravedad de nuestra época".[5] Vemos que la influencia del artista francés sobre Paz no sólo tuvo lugar en la poesía sino también en su persona: “El surrealismo aparece en todos los juicios de Octavio Paz como fenómeno de última importancia, a veces hasta como punto culminante de toda la modernidad”.[6]
¿Qué hay de surrealista en Piedra de Sol? Breton, en su segundo manifiesto, señala que en el surrealismo “las contradicciones más radicales pueden ser percibidas en su íntima unidad”.[7] En el poema de Paz encontramos unidas, de forma recurrente, ideas contradictorias: “tu falda de cristal, tu falda de agua”[8], el movimiento frente a la quietud; “lo que pasó no fue pero está siendo”[9]: pasado, futuro y presente concebidos como un solo tiempo; “tienes todos los rostros y ninguno, / eres todas las horas y ninguna, / te pareces al árbol y a la nube”[10]; y de esta manera a lo largo de todo el poema.
 Para Eduardo Becerra, La estación más violenta es el poemario que mayor influencia surrealista refleja, pues lo considera “poesía que es imaginación liberada pero sometida a un rigor que la dota de mayor profundidad y trascendencia”[11], además de que muestra claramente la nueva vocación metafísica de la poesía de Paz, “salto metafísico que está implícito en el surrealismo”.[12]
Tratando de conciliar dos mundos diferentes, como cualquier otro mexicano, Octavio Paz vive ese ir y venir entre lo propio y lo ajeno. Paz hace coexistir esos elementos surrealistas con el universo mítico azteca, tal vez influencia del enorme interés de los surrealistas por el mundo primitivo americano, pero que obviamente, también de vital importancia para el autor, pues, como lo mostró en El laberinto de la soledad, esos rasgos constituyen al mexicano en lo más profundo.
Los 582 versos del poema hacen referencia a los días que dura la traslación de Venus (Quetzalcóatl para la cultura azteca), por ello Piedra de Sol termina con los mismos versos que con los que comienza. Es un ciclo, un eterno retorno, así como era cíclica la visión del tiempo de este pueblo.
El autor tenía una clara intención de salvaguardar aquellos elementos míticos aztecas, de mantenerlos presentes y hacer notar que siguen latentes en la cultura mexicana aun cuando ésta se ha impregnado por completo de lo meramente «occidental». Sin embargo, pudo encontrar la manera de trabar un puente entre aquél pasado y su presente, qué, según Piña Zantella fue “A raíz de su tendencia humanística desbordada y pluricultural, rasgo de su pensamiento universalista”[13] y afirma lo siguiente:

El poeta opera como un sujeto transculturizador que responde a una intuición interna que necesita comunicar para seguir confirmando –como él mismo escribe– que el mito es un pasado y un futuro realizable en un presente. [14]

Octavio Paz hizo converger mito (raíz) y actualidad: Surrealismo y tradición prehispánica, vanguardia y tradición se unen inevitablemente en Piedra de Sol. Octavio Paz supo hacer convivir el pasado con la novedad de manera que lucen firmemente reconciliados: “Es necesario que el poeta, haciendo suya la tradición, vivificándola en él mismo, la modifique según la experiencia que le depara su propio existir, en el cual entra la novedad”.[15]
Piedra de sol es, sin duda, una de las obras donde Paz pudo condensar muchas de sus vivencias y percepciones personales pero que también pertenecen a todos los mexicanos: sincretizó, como sucedió muchos siglos atrás, dos cosmovisiones que habían estado separadas por un océano. 



BIBLIOGRAFÍA:

Becerra, Eduardo, Mariposa de Obsidiana de Octavio Paz: el surrealismo y la voz del mito, España, Repositorio Institucional de la Universidad de Alicante, 2009.

Moreiro, Julián, Cómo leer textos literarios, España, Edaf, 1995.
Paz, Octavio, Estrella de tres puntas: André Breton y el surrealismo, México, Vueltas, 1996.
___________, Libertad bajo palabra, México, FCE, 1983, Colección Lecturas Mexicanas.

Piña, Marta, Vértice prehispánico en Octavio Paz, XXXVIII Congreso del Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana, Estados Unidos, 2010.

Schrder, Ludwig, Octavio Paz y el surrealismo francés, España, Repositorio Institucional de la Universidad de Alicante, 1991.



[1] Eduardo Becerra, Mariposa de Obsidiana de Octavio Paz: el surrealismo y la voz del mito, España,  Repositorio Institucional de la Universidad de Alicante, 2009, p. 4.
[2] Citado por Julián Moreiro, Cómo leer textos literarios, España, Edaf, 1995, p. 15.
[3] Citado por Julián Moreiro, op. cit., p. 197.
[4] Francisco Ayala citado por Julián Moreiro, op. cit., p. 202.
[5] Octavio Paz, "André Breton o la búsqueda del comienzo" en Estrella de tres puntas: André Breton y el surrealismo, México, Vueltas, 1996, pp. 61 y 68.
[6] Ludwig Schrader, Octavio Paz y el surrealismo francés, España,  Repositorio Institucional de la Universidad de Alicante, 1991,  p. 4.
[7] Citado por Eduardo Becerra, op. cit., p. 6
[8] Octavio Paz, Libertad bajo palabra, México, FCE, 1983, p. 246.
[9]  Ibid., p. 248.
[10] Ibid., p. 240.
[11] Eduardo Becerra, op. cit. p. 6.
[12] Idem.
[13] Marta Piña Zentella, Vértice prehispánico en Octavio Paz, XXXVIII Congreso del Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana, Estados Unidos, 2010, p. 1.
[14] Marta Piña Zentella, op. cit., p. 12.
[15] Luis Cernuda citado por Julián Moreiro, op. cit., p. 22.

Comentarios

¿SE TE PASÓ ALGUNA PUBLICACIÓN? ¡AQUÍ PUEDES VERLAS!