Juguemos a ser políticos (sátira)

Ezequiel Carlos Campos

I.- RIQUEZA
Nuestro país vive en una increíble época: donde todo lo que entra se queda para los que lo desean. Este bonito país no es otro más que México. 
          Oh, increíble pueblo, no juzguen a los políticos farsantes, no los dejen en mala cara, por eso nos odian. Al contrario, juguémosle su juego y seamos igual que ellos: rateros, mentirosos, cómplices. Mi querido pueblo, seamos políticos y como políticos muramos. Y verán que nuestras vidas mejorarán. 
         A cada persona se supone que le toca algo de dinero, por cabeza, dicen. ¿Pero dónde está ese maldito dinero con cabeza? Y sí, parece que tiene cabeza, porque no se queda con sus dueños, sino con quien mejor les va. El dinero es inteligente, audaz, capaz de salir corriendo como si tuviera pies. 
         Riqueza, qué nombre tan molestoso; ¿a quién se le ocurrió poner un nombre a algo que ni siquiera se toca? Dinero, de igual manera. Si el pueblo mexicano fuera rico todos soñaríamos con la pobreza, y no con la riqueza, el tenerlo todo. ¿Por qué todo el mundo busca la cara de la moneda? Mejor no pensemos en eso y verán, estaremos contentos. 

II.- EMPLEO
Cómo no quejarse con nuestros jefes cuando no pagan como debe de ser. Pero tampoco hay que quejarnos cuando en nuestro trabajo no hacemos lo correcto. Cuándo un maestro trabajará todos los días sin ningún inconveniente, nunca; cuándo un obrero trabajará sin estar quejándose que no tiene descanso necesario cuando en su reglamento sólo dice el tiempo que es. Mejor no acepten si no aguantarán. 
        Nada va a cambiar si no nos levantamos temprano, si en día no estamos contentos y se deja todo infortunio atrás. Vivan sus trabajos y disfrútenlos, y así, todos contentos y tranquilos. 

III.- ENTORNO
Seamos artistas y seamos políticos. Retoquemos las ciudades con nuestras creaciones, pero no las hagamos feas. Juguemos a pintar, a destruir, a dar belleza, a hacerla horrible. Todo lo que se vive es contradictorio, honorable, creíble, inverosímil. Cómo no llorar cuando las paredes de las casas están llenas de colores y jeroglíficos. Y no dejemos atrás la basura, cuando la señora la tira afuera de su casa; cuando el niño deja sus envolturas tiradas en el suelo y, peor aún, cuando las personas pasan y no hacen nada por recogerlas: “Qué marrano por tirar basura”, y disculpe usted, querida señora, al igual es usted una marrana por no levantarla si la ve –levanto la basura y la echo al bote.
            Cuidemos el entorno y viviremos de mejor manera. 

IV.- SALUD
¡El país es de los primeros lugares!, pero de qué lugares, puros negativos: narcotráfico, obesidad, ciudades más pobladas del mundo, violencia, entre otras. 
           Las personas buscan salud cuando el gobierno no lo da. Tenemos que cuidarnos porque si no tenemos seguro no estamos seguros, y ese seguro nunca llegará y menos cuando estamos inseguros en salud. Ya no comamos chatarra, no seamos tan adictos, mejor seamos políticos. Cuiden a las nuevas generaciones y disfrutemos de salud, bienestar y de los primeros lugares negativos, ¡hurra! 

V.- EDUCACIÓN 
El hermoso presidente cuida de la educación, y así debe de ser. No importa que sea un ignorante, es mejor que haga lo que nunca ha percibido. ¿Pero, querido pueblo, para qué estar gritando y pidiendo como locos educación cuando la tienen? Mejor póngase a estudiar en vez de estar cerrando escuelas y perdiendo clases. Seamos el país donde todos estudian, donde todos tengamos día a día una buena educación; donde no cierren las puertas de las santas escuelas sólo porque tienen ideas contrarias. Somos diferentes: porque eso no lo enseñan, en respetar al prójimo… Pero, lo siento, no somos estudiados. Seamos políticos, pues. 

VI.- ESPERANZA DE VIDA 
Vivan y sean buenos ciudadanos, aunque no dejen salir a tal hora de la noche. Que no les importe cuando haya enfrentamientos entre los mismos: policías y grupos organizados. 
          La nueva generación tiene esperanza de vida de setenta años… entonces vivamos libremente por nuestro país. Juguemos a ser políticos, pero no molestemos a los verdaderos. Somos ricos, estudiados, con salud, con buen entorno, buen empleo. Entonces si tenemos todo eso, ¿para qué estar llorando? Pónganse las pilas, pero primero piensen en lo que harán y, verán, estaremos mejor. 
          Seamos políticos y critiquemos al pueblo, y cuando no haya pueblo critiquemos al gobierno, y cuando no haya gobierno, critiquemos a la religión, y cuando no haya creencia estaremos muertos y no podremos hacer nada. 









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