Balada de la gata melancólica. Cuatro poemas de Marianna Espezua


Primera dosis de Anafranil

Tengo miedo de mí misma
y este irremediable deseo de sacarme el cuerpo
me canso
de querer
ser todo
y no ser nada

Niego la realidad,
no sé ni veo nada
solo la guerra de siempre
mientras estamos aferrados
a una paz
a esta estúpida paz que nunca existió
de la que todos creen saber hablar
¿hablar?
como si supiéramos hablar en realidad.
Pero, el lenguaje…
Sí, ya lo sé
el lenguaje es también un cuerpo en ejercicio
el lenguaje me descubre enredada en dos brazos que no me pertenecen
que esperan que me parezca a ellas.
No saben que soy un sapo y no ellas, 
ninguna ni ellas.
Soy un sapo que comete el pecado
imperdonable 
de reafirmar su nombre y perder.
Soy un sapo
que quisiera saltar sobre una aguja
que me atraviese aún más a Latinoamérica en el pecho
como si así pudiera reinventarme
como un trapecio vació
yendo y viniendo…
Es cruel saborear el final 
estando con los pies en la partida.
Me preguntaba, 
¿existen las canciones que se hacen personas?
Resulta
que solo eras la proyección de toda variedad de ternura
pero las proyecciones mienten.
Y entre nos, sé que en realidad hoy también me estoy muriendo. 
Nunca me escuché en ese piano 
pero sí
pensé en postear una canción en mi muro,
dije a todos
en silencio
que un día el buen Mao se escondió en tu mochila 
mientras tú te quedabas eterno y callado mirando todo y nada
desde tu carpeta.
Es que mi vida es una herida que no se termina de cerrar
la beso cada vez que me da la cara
la beso intensamente 
hay alguien 
casi siempre hay alguien
menos hoy
que necesito a todos
en esta tarde que no basta.
Sin un sol en los bolsillos
creo que nunca cabré en esa mochila
ni hablaré con Mao sobre los eunucos enamorados

Miro mis manos
mientras con mi lengua toco mi paladar
herido
no encuentro nada
excepto el vacío que va comiendo mi garganta
hasta dejarme ansiosa y triste
sin lluvia y triste.
En la inconsciencia 
reconocías que había dos niñas entre mis ojos, 
tú cantabas una balada triste
hablabas de la distancia y de febrero.
Y la tristeza se acaricia
sagradamente 
en silencio, bajo un árbol o desde una ventana
filuda,
nacionalizada sudamericana.
A ti te acaricié 
yo era una bestia herida.
–soy una bestia 
estoy herida–
¿Recuerdas cuando te conté que soñaba nacer sin sentimientos? 
Y me fregué 
porque conocí la revolución desde la sangre 
logré soñar con cazar arañas que se agotaban con la libertad.
No busco que me salven del infierno,
no quiero salvación
nunca la quise
estoy más allá del bien y del mal 
hay una locura inherente en el amor.
¿Sabes qué es amor?
Yo admito que no
solo sé que mi mente también es un ser frágil
que no necesita a dios.
Yo soy mi dios.
Y bueno…
es normal que se caiga el corazón de tanto usarlo.


Convención de actos sin final

Acto 1

Sertralina 50 mg
Clonazepam 0.5 mg
El cúter con sangre
Tú riendo
8 puntos
Cirugía menor
¿Tiene seguro?
SIS de mierda
Mr. Hyde está al mando
50 soles la consulta
Y yo sin trabajo
200 las pastillas
200 el cuarto
Trastorno mixto
Ansioso depresivo
Mi abuela ha muerto
Y no me lo creo
Tú riendo
Mi ansiedad tiene ansiedad
Y Yo llorando
Sertralina 50 mg
Efectos secundarios
Manual de 2 caras
Letra número 4
Efectos secundarios
intoxicación
¿qué te pasó en los ojos?
Es el alcohol y el clonazepam,
Lo siento.
Solo
me tengo miedo.

Acto 2

Unas noches internada,
En 3 semanas estaré mejor
Efecto acumulativo
La gente no tiene cara
Las ventanas están rotas
(o hay barrotes en las ventanas)
Las esquirlas en la cama
Los padres abandonados
La universidad que explota y explota y explota
Palabras
¿Significados?
Nada
Ni poesía
Nada
Solo mi insignificante ser recogiendo sus granitos de arena
Pensar que alguna vez fui de piedra
Hago una escalera
Hay piso, pero los pies se hunden
Y no era arena
Era agua
El tiempo
Es ese vaso sin agua en que me ahogo

Acto 3

Mamá, nací vieja y tú te haces joven
Yo que soy vieja,
Leo a Valeria y me cuestiono el tiempo

Aquí no estás porque fuimos más felices de lejos
Yo sigo vieja
Conmigo las derrotas se anunciaban
Y tú con 15 años y 4 embarazos
Con fuerza en las piernas
tan joven, yo
con la muerte adentro

Acto 4
La vida: una constante de ausencias


Puesta en escena

Se me olvida que entre las posibilidades
está la de morirme mañana
en este papel de quimera sin alimento
por nunca haber podido colgar mi alma
de un perchero
ni tener el valor de decirle a mi madre
que todo este tiempo
crio a la hija que murió a los 3 días de nacida.
Es tarde
La prisa no es buena consejera
ni esperarte es una respuesta
Mientras, solo escribo encima de mi última vida
la vida es un cuerpo más en nuestra cama
donde tocar tu piel es construir un puente a la muerte
donde nos encuentren escribiendo una nueva historia
en la que se reconozca el derecho a la risa.
Donde la carretera a tu cuerpo sea la más corta
y no tenga esta urgente necesidad
de colgar de tus ojos para sentirme viva.
Donde la palabra amor sea un hecho y no teoría
una teoría mal planteada
sobre una hoja que sangra mañanas frías
en las que escribo tu nombre
1, 2, 3, 1000 veces
1000 veces olvido que mis manos solo tiemblan
cuando recuerdo que aún vivo
porque recordar me traza una vía
al vacío
la costumbre
tu ausencia
y esas cosas.

¡Dios mío! Estoy por cumplir 24 años y sigues sin existir
yo sigo como cadáver en un río.
Este no es otro poema violento
porque por ti he jugado con mi suerte.
Llevo siglos aquí afuera
siendo una tirana sin posibilidades:
la hija que este país no quiere reconocer.


Balada de la gata melancólica

I

Mi madre me dijo que vio a mi hermana muerta entrar en su vientre
5 horas antes de que nazca. 
Nací feminista, puta y felina.
Para los 13 años empecé a ser feliz
hasta que aprendí a soñar.
Renuncié a los colores convencionales
para crear un nuevo tono
similar a un maullido pero con piernas para huir
temprano
antes del desayuno.

Mi madre me dijo
“al que tiene manos nada le falta”.
Y a mí me falta un pedazo
de algo
no alguien
de algo
que me ayude a manifestar la inconformidad de mi ser.

Diría: Perdón por ser feminista y puta, mamá.
Pero nos están matando
dicen que la corona de espinas es una tiara de adelfas
dicen que estoy loca y sola
                             y no,
                                      solo soy una más en este aquelarre.

II

Así que hoy lo pensé mejor
y no quiero quedarme aquí.
Voy a convertirme en una mosca
o en un niño
o en un día de fin de semana
o en cualquier cosa que odie el viento, 
tanto como esta forma de querer
y de recordarme que no hay conciencia cuando se ama.

Creo, que sentimentalmente
soy un desastre.
Tanto
que quisiera poner una letra en mi cabeza
y decirme poesía.
Pero prefiero ser la luz
que se lava la cara con frases ortogonales
y enfermas,
que saben a arena.
El amor es arena.
Debo admitir,
que aunque sentimentalmente soy un desastre
tengo la habilidad de crear jardines.
Soy capaz de re-crear Babilonia 
y hacerla una nueva patria
donde podamos
cansarnos de ser nosotros
los inconclusos de siempre
y ser esta bala más a mi cabeza
que revienta cuando escucho
Marianna, es jodido amar.
Este poema no sabe que yo existo
creo que el mañana tampoco.
Si no es aquí, no me quiero encontrar.
Así que voy a convertirme en una mosca
o en un niño
o en un día de fin de semana.
En lo que fuera necesario
para no ser parte
de la falsa sonrisa urbana. 

Este poema no sabe que yo existo
solo existen mis ganas de partir.






Marianna Espezua (Puno, 1993). Estudiante de arquitectura, feminista y poeta. Antologada en 10 poetas de un solo caño, Mis palabras exigen silencio, Buganvilla, tea Party V y Un otoño azul. Participó en revistas como Libertalia, Sur y Letrasértica. Ganó el XI y XIII Juegos Florales de la UNJBG con el 1er y 2do puesto en el concurso de poesía. Y el 1er puesto en el I FESTILEA–UNJBG.


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