Una negra linda y quebrada como silencio de fusa. Tres poemas de Ludwig Saavedra
Una negra linda y
quebrada como silencio de fusa
Playa llamada Debussy
Una negra linda come sandía
El oleaje se torna suave y rojo
al primer bocado
Una negra linda y quebrada como silencio de fusa
De tules mis miradas
Los astros no tan puros como esta tristeza
Recorriendo sin prisa
de los sesos devaneo
De los astros tiroideo
Un espasmo esta nobleza
¿Qué tal si en lugar de estar de rodillas lo
acribillas al señor nuestro rey?
Ni Borges con su espejo
Ni Onetti con su espagueti
Ni nadie quedará incólume ya
Tonalidades
de la piel de los jaguares
de la piel del mar
de la sutil piel de las uvas y la Huachuma
She is like a
rainbow
Te voy a llevar negrita a donde baila una cascada que
se llama Colpa y queda en Ayacucho
Furia alada y feliz con un collar de rocío entre sus
manos
¿Quién soñará con una flor de tulasi?
¿Quién se sembraría en la novena de Beethoven?
Para germinar en el yawar mayu
Todo pisonay se abriga de salvajina
Como estos versos de arroyos riachuelos puquiales
que riman con Rímac
Crayolas canoras ramas
de obsidiana frutas de niebla
¿podrías sonreír tan simple y dedicado como un río?
Y sí la
carretera podría ser otro mar
si lo miras fijamente y comprendes entonces
de lo Negro lo Negro
Más allá del asfalto y las luces
Tanta ausencia y falta de caridad
No son más que sonoridad de tiempo y mirada
Ven y dime cualquier cosa
El embeleso
de tu boca
o la arteria de la luna rota
Mientras voy entre las calles atestadas de Lima
Silbidos de autos sobre la cicatriz del Desierto
Voy con mi piragua
Tomo la carretera de los Dueños de las Plantas.
Afrodita antea
Estamos gimiendo en planicies de sonido violeta
La ruta de la selva rumbo a Ecuador se parece a un
sueño
Líbranos del tedio y lo conocido
Mis amigos se parecen a una banda de asesinos
y cabalgan en dragones de sonrisa milenaria
Han secuestrado las estrellas del dorso más obsceno de
la playa de la noche
Olas y olas de oscuridad han bailado junto a sus
fogatas verdes
Perros de diamante escuchando a Tom Waits
A Dylan a Sosimo Sacramento a Duke a Flor Pucarina
A Chacalón
Paso a paso en vértebras de humo
una estrella con ojos de hielo con ojos de tiempo se
enciende y te mira
Tú no la miras porque ves a la muchacha que bien
podría ser Afrodita antea
y que saluda a las flores a la salida de Calca
con un poema de filo infinito.
Otabalo
Pinceladas tenues de luz solar despiertan astros
enterrados
Sol cian y cansino avanzando por el animal prado
Descenso de las nubes desde lo alto del volcán
Imbabura
enamorado empedernido de la nevado Cotacachi
Anoche los perros debatían su rabia lunar con la sarna
del tiempo
sus labios anunciaban una sonrisa o el ataque
Así ocurre con los seres que acechan para vivir
Mejor los árboles despeinados rebeldes
Los árboles pensamientos
concretos de la Pacha
Emanaciones o engramas de su cerebro enjambre de
Belleza
Del Imbabura cuesta
abajo pardas barcas
que se mecen hipnóticas a la orilla del sueño
el extraño vals de cristal de las flores
Afroadicta desciende del Olimpo místico magenta
Cielo palpitación tungsteno
pinceladas cobre
Mañana humareda sin fuego pixeleando
deconstruyendo el horizonte río de tres orillas
Ascienden los fulgores y su lago de olvido
Pienso este poema como una carta a un amor imposible
porque será una adolescente del siglo 27
Pienso en la Poesía sol tras densas nubes
Cantan Los Mirlos lentamente se disuelven en la nada
filtrados en frío.
Ludwig Saavedra
(Lima, 1985). Obtuvo un reconocimiento en la publicación Prima Fermata
Literaria en el año 2004, de la Faculta de Letras. Ha publicado dos plaquettes
de poesía con el sello editorial Paracaídas editores: Florece y El mar de vinilo
(2009 y 2013 respectivamente); Los
arrecifes (2014), conjunto de poemas, en edición cartonera con el sello
Amaru Cartonera. Participa de la experiencia editorial cuzqueña Kunnin Munna
con la plaquette Hartado de sonidos
(2014). Ha sido partícipe de festivales y ferias de libro en todo Sudámerica.
Poemas suyos aparecen en diversas revistas literarias y blogs.
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