Menlo Park. Siete poemas de Fernando H.
Asclepios
a Deus.
¡Oh,
gran Asclepios!
Padre
de la resurrección,
entrego
a tus ojos enfurecidos
este
pliego de ser un pobre humano
de
ser y padecer
más
que otro animal
intentando
amar su propia enfermedad.
¡Oh,
gran Asclepios!
Bajo
tu legado somos
banderas
incendiándose en el cielo
que
no son más que estrellas
de
ruinas y apagones
de
niños y apagones
corsarios
del tiempo
naufragando
violentamente.
¡Oh,
gran Asclepios!
Permítenos
el abismo y su bondad
y
que tu misericordia se entregue desnuda
e
inocente con toda su violencia.
¡Oh,
gran Asclepios!
Que
tu voz sea esta canción
retando
a la muerte
y
que tus animales
todos
constelados
nos
abriguen hoy
bajo
el esqueleto de la noche.
Infancia
a Charly García.
El
niño danzaba
por la frontera del tiempo
entre
la tierra y sus insectos
en
la geografía de la palma de sus manos
El niño se posaba bajo sombra
se hacía noche o subterráneo
para
no morir incendio
El niño se encontraba
y se hacía solo,
solo en su antiguo imperio
El
niño confiaba en su pálida miseria
en
el territorio de su infancia
de
incendiarse y construirse estrella
El
niño no puede verse barro
por
eso
canta
a la hierba,
canta
a la lluvia
el
niño se hace polvo, se hace cristo
se
hace errante se hace omiso
y
milenario
canta
en
desorden
todas sus vocales.
Mayo
a G & G.
Los Belkings - Tema para
jóvenes enamorados
En mayo de 1968,
X e Y, se amaron
violentamente como dos niños
con los ojos totalmente incendiados.
Repasaron con sus manos
los territorios transitados
de tiempos atrás
se extenuaron
anochecieron juntos como hermanos.
Sus piernas como mimbre,
se anidaron para cultivar árboles
y estrellas sobre sus cuerpos.
Resplandecieron
gimieron.
Se despojaron del tiempo y sus miserias.
Se convirtieron en pequeños desertores:
visionarios del caos.
Se
incendiaron
encendiendo
otro lenguaje
sobre
la superficie de sus ojos.
Y
como bellos animales
se
hicieron invierno.
Se
hicieron carne y desnudos
se
encontraron libres.
Hicieron
del infierno uno de sus puertos
lugares
comunes de ángeles caídos.
Se
tejieron la piel de recuerdos
y
en sus ojos la historia tropezaba en las estaciones.
Y
embriagados se disimularon como barcos anclados.
Se
distanciaron para encontrarse de nuevo.
Se
intuían y dormían cansados.
Y
en los pecios de su amor,
tropezaba
almíbar, nocturno y callado
su
creación.
Capricornio
a
Y.
...a sus ojazos de
seis nervios ópticos.
César Vallejo
De todos los
escombros
me elegiste a mí
por mi color abismo
de mis ojos
hinchándose sombra
por mi estrella
sembrada
cayendo azul pluvial
deriva
por mi canto que es
oráculo
como azar de
movimiento de columpio
por el tensar de mi bandera
celebrándose geranio
porque en mi flor
te observas
creciéndote
amanecer
porque en la luna
plena
tu presagio cae
influenciado
en la marea
porque en tu vocal de
ojo
el silencio se
acongoja
en su color de uranio
por eso me conociste
así:
desobediente y
maltrechado
equívoco incendiario
errado disonante
cansado y
trasnochado.
De pronto
llegaste a casa
tan propicia
como ligera y
sencilla
dejaste la ciudad
colgada
con sus ganchos
arruinados
y de tus dedos
un tránsito acuarela
sepultaba
colorando
mi ritual
de hacerme noche.
Estrella perro
Las estrellas
inclinan, pero no obligan.
Velvet Underdrond – Rock & Roll
Las avenidas alumbrándonos apresurados
bajo la fiesta creciendo vacía en nuestros pechos
el arco negro de la noche se aproxima
y golpeamos el asfalto
mientras la niebla se desmorona
sobre nuestra distancia.
Te aproximas.
atravesamos el parque con su hierba esbelta
perfumada por el aliento tosco de los automóviles.
Nuestras sombras tropezándose
creciéndose calle abajo
entre los únicos árboles
que nos cubren
con sus cuellos divididos
enfrentándose
al cielo repartido de tus ojos.
Enciendo el cigarrillo bajo el signo de mi
estrella.
Sirio, estrella perro
y la ciudad se me abre atravesada
por el humo azul que se me hincha tosco
desde mi pecho ronco hacia la nada.
Menlo Park
A Juan Carlos Onetti
Borges.
Al anochecer,
en su firmamento
en su tierra atlántica
de hombres ahogados.
Sin religión ni
cruz en sus ojos.
EL SOL FRAGMENTADO
se columpia oxidado
chillando su fragilidad
en su esquema de dejarse inmóvil.
¿¡Oh, y sus cadenas!?
Metal fundido húmedo inflamado
en su cuerpo falso de corona Narda
–de
coronada nada–.
Así de insignificante e inmenso
como una piedra doliéndonos
una piedra que se peñasca con nuestra sombra
que se toca
que se golpea
que se invoca
que se troncha
creciéndose
como magia negra
de ese color más oscuro
que remueve a todo Hombre
Así de insignificante e inmenso
el hombre a veces se atreve
a desatarse el nudo de sus huesos
a desabotonar su rabia ancha
recordándose profundo
palpándose el remojo
de su flor, de su olor a tierra apiadada.
0_005
The Rolling
Stones – Wild Horses
amiga del caos
Tú vienes de
las estrellas y odias esta tierra.
Leopoldo María
Panero
–tus ojos invocan la constelación del jaguar–
CERCA al desierto
bajo la madera de tus huesos
danzan los niños con las manos repletas de
espanto
MUJER
ecosistema oscuro
sembrado de hierba y sándalos
anunciándose hacia la muerte
bajo la luz de la luna y la misericordia de
los astros
tus ojos se convierten en el espejo de la
noche
mientras tus perros
humillados
aquí
cantamos la congoja del enfermo
LA MUERTE
un animal antiguo a todos los tiempos
se hace buena jardinera
y va sembrándote el cuerpo toda de estrellas
niña Astherion perdida
niña Eleos misericordia
que tus días nos sean propicios
y eterno tu ojo de escarcha
bajo la luna sofocándonos
persiguiendo el borde
de tu aliento de diamante
tu saliva de peterebí[1]
y eterno tu ojo de escarcha
bajo la luna sofocándonos
persiguiendo el borde
de tu aliento de diamante
tu saliva de peterebí[1]
ya que tus ojos
no están hechos
de la misma construcción
del barro de tu cuerpo
es otro polvo enajenado
que se rehúsa a envejecer
no siguiendo el ciclo temporal
de la carne que gobierna
nuestro espíritu.
Fernando H. (Lima, Perú, 1993). Ha publicado las plaquetas Canciones para June, Gabaratos y Devociones. Dirige Circo Editorial y http://manualdepirateria.blogspot.com/
[1] https://bit.ly/2EcNcRR
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