Breve comentario de los caminos separados

Joselo G. Ramos


Las decisiones serán un puente en los que siempre termina dividiéndose, cuál camino elegir es el principal problema; ése y otros tópicos son abarcados de un modo objetivo en los relatos de Eduardo S. Rocha. Él ha roto las reglas yendo con pasos de explorador, tal vez la reunión de cuentos en Textuamorfosis es el primer intento en su vida para rebasar los límites, traspasar las fronteras e investigar en otros mundos desconocidos. Experimentar y ser el primero que hizo algo para que luego otros lo imiten es muy tentador, cercano a la gloria literaria, y de algún modo es una de las obligaciones de los escritores.
Pero para romper las reglas, reinventar las fronteras y expandir el universo literario hay que destrozarnos, así como la preocupación de qué pasará con Nino, la mascota de un suicida que busca limitar su vida en distintos enfoques y opciones, ya que primero hay que conocerlo a través de la introspección; he ahí otro de los puntos fundamentales en Textuamorfosis.
En muchas ocasiones el deseo de experimentar surge de una inseguridad en la propia escritura, parece que el escritor piensa por el lector en doble, finalmente termina sepultando los problemas que conlleva un texto y plasma la bifurcación, bigamia, bipartición, bisexualidad, bivalencia, todo un doblete, un bufete de sensaciones. El autor, en un intento de novedad, sólo ha demostrado, de manera nada despreciable, la gran calidad que tiene al tratar las tensiones humanas frente a las rutas divididas.
Hay que reconocer eso de aventurarse a sumergirse en una carta de Salvador Elizondo y a la vez tocar a William Burroughs. Tenemos un margen de innovación formal, el proceso de escritura se mezcla con los tintes del ensayo académico, pero siempre, siempre nos guía por un camino narrativo. Con esa sensación de que nuestro autor es un colectivo de ideas perspicaces que a la vez borran al individuo, pues tal virtud es lo que se agradece en bastantes pasajes.
El resultado es caótico, lo encontramos sorprendente. Las experimentaciones usualmente tienen que ver con la estructura narrativa, las coordenadas espacio-temporales, el ordenamiento de la trama, o la ruptura del género, al menos se verá que Textuamorfosis es el mejor ejemplo a la hora de hacer explotar las tensiones temáticas. Los pensamientos de sus personajes son la voz única, el diálogo permanente, el juego eficaz para atrapar al lector.
Este libro presenta una A-biografía, un momento cumbre descriptor tanto en toda la obra como, tal vez, con el mismo autor. Encontramos una vez más esa doble decisión siempre girando como una moneda, cada giro es una cara, un perfil, una palabra, el autor nos ha sujetado para colocarnos indecisos ante dos vías oscuras.
No queda más por decir, sólo que al leer este libro de Eduardo S. Rocha ha salido un grumo de sensaciones; un escritor puede sentirse distraído y hasta celoso al pensar “cómo no se me ocurrió a mí”, pero no vamos a esto, vamos a que Textuamorfosis ha logrado su función primordial: desenterrarnos de esta vida tácita y dura, nos ha transformado; es interesante encontrarte con tu nueva cara en 54 páginas.


Textuamorfosis de Eduardo S. Rocha, Editorial Rey Chanate
(Colección Los hijos de Alicia, 4), México, 2017.
Prólogo de Gonzalo Lizardo.



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