Los muertos lloran de miedo
Ezequiel Carlos Campos
Con derechos |
Para el día de muertos las calles del
centro de las ciudades se pintan de colores, el negro, el morado, el naranja,
entre otros colores oscuros, algunos vivos, aunque no sé por qué. Para ese día,
en la televisión, programan buenas películas de miedo, las de antaño, las que
de verdad dan miedo; bueno, a mí siempre me dio. Cuando niño, llegar al día de
muertos era saber que casi finaliza el año, que debería disfrutarlo, porque
estaba a un pelo de terminar. Por eso pedía a mi madre un nuevo disfraz, o una
máscara, para verme espantoso, darle miedo a la gente, siendo ese el chiste:
fuera todo glamur, bienvenidas las peores fachas.
El día de muertos es
una tradición que a través del tiempo ha cambiado; recuerdo las anécdotas de
mis abuelos al hablarme de ir ese día a los panteones, visitar a sus seres
queridos, llevarles comida, quedarse ahí en la noche, hablarles a los muertos,
sintiéndolos cerca, sin olvidarlos. Ahora veo muchos cambios, como toda cosa
que la modernidad atrapa: ya no ir a los panteones, sino salir a los antros a
pasar el tiempo con los amigos, la venta de artículos relacionados al día, las
tradiciones perdidas porque algunas cosas están fuera de moda, los disfraces
característicos del país ahora son cambiados por disfraces de personajes de
películas de terror. Han llegado nuevas formas de vivir el día, la mayoría de
las tradiciones se han quedado atrás, y se seguirán quedando. Ahora vemos las
calles repletas de comerciantes vendiendo máscaras, disfraces, a niños pidiendo
dulces, a otros haciéndola de muertos en la noche, cuando ya no se pueden parar
sobre sus pies, por las borracheras.
Los muertos salen de
sus tumbas, queriendo llorar por las tradiciones casi muertas del día de
muertos, muertos como ellos. La gente no se da cuenta que en años siguientes
será todo distinto, ya no se vivirá un día en el cual salir a la calle era
divertido, uno para quedarse en su casa y ver películas. No, ese día ya fue
absorbido por la modernidad, así como el alma de los cuerpos muertos de los
seres queridos. Los muertos lloran de miedo, porque no quieren que se olviden
de ellos, y que los antros ahora sean el lugar de visitas de todas las
personas, porque ahí sí que están los verdaderos muertos, tirados en el piso,
por los efectos del alcohol.
Ezequiel ¿por qué no entraste al concurso de calaveras literarias? Hubo muchos ganadores.
ResponderBorrarEn mi escuela no hubo concurso de calaveras, ¿a qué concurso se refiere? Hubiera sido divertido participar, ni modo, como dices, quizá pude haber ganado. Será para el próximo año, espero...
ResponderBorrarPor parte del gobierno, creo, había carteles pegados en todas partes.
BorrarHabía de disfraces, de calaveras literarias y de carros alegóricos.
Los premios estaban muy bien.