“Reglas Fundamentales para un hombre de polvo muerto de rutina” de Patricio Vega Arrobo
(Uno)
Ocultar el dolor
poner en frente un muro
poner en los ojos hojas
de zinc
evitar que vean la
calamidad de tu ser
Luego
sentarse moribundo
dejarse abrazar de la
tristeza
dejarse engullir de la
oscuridad
y que filosas canciones
rasguen desde la corona
Después
desparramarse en la
baldosa
llorar hasta ser un
coágulo de polvo
(Dos)
Ser un coágulo de polvo
ser polvo brotando de la
lluvia triste
dentro de un cuarto
triste
sentarse al borde del
dolor
y sostenerse con hilitos
de pútrida esperanza
mirarse el cuerpo
presente en la desolación
y tocar la fría estampa
de un recuerdo
Luego
distenderse
engalanar el llanto con
manojos de agravios
escupir posteriormente el
corazón
y cantar
(Tres)
Cantar como un pequeño
ángel de la muerte
acariciar al gato negro
de la desgracia
con la dulzura de un niño
ciego
Seguidamente
sacarse el puñal
y devolverlo a su sitio
-
devolverlo al
corazón -
Luego
suspirar
y lentamente apretarse a
dos manos el cuello
hacer muecas de ahogo y
delirio
Después reír
reír mostrando las fauces
con la ensoñación de un
depredador
que halla en sí mismo
alimento
Enseguida
levantar el manto negro
y salir despavorido a la
realidad
(Cuatro)
Salir a la realidad
nocturna
y no sorprenderse al
encontrarla horrenda
al encontrarla enmarañada
y bicéfala
Continuar el recorrido a
largos trancos
y esquivar:
la mierda
la bala
también el escupitajo y
la saña
Después
abrazar tu sombra
solitaria
bajo el faro solitario
Inmediatamente
engullir la oscuridad
volver al manicomio
y dormir
(Cinco)
Dormir
y en ese trance
volver a engullir la
oscuridad
y ser un hombre oscuro
que busca la luz en los
fósiles de su infancia
Necesario es enroscar el
cuerpo
prescindir de la alegría
y perpetuar el sueño
(Seis)
Perpetuar el sueño
por un mínimo lapso
y en ese viaje
cambiarse los ojos
sacarse el rostro
sacarse el puñal
y devolverlo a su sitio
-
devolverlo a la cabeza -
Seguidamente
desbaratarse
arrojar los órganos y los
sentidos al desfiladero onírico
Luego
danzar de alegría
de patética alegría
no sin antes armar un
circo
y ser el animal domado
(Siete)
Ser el animal domado
amar el látigo
y la jaula
amar y odiar
(odiar está permitido)
pero odiar con pasión
como la mujer que sueña
extinguirte
Luego
colocar velas negras
encenderlas con lágrimas
inflamables
dejar caer la cera en los
ojos
y carcajear a modo de
hiena
Después
afilar las garras
pasarlas con fiereza
por la piel arenosa
por el terrón que late
herido
y someterse
instantáneamente a las cadenas
(Ocho)
Someterse a las cadenas
ser ahora animal tímido
acorralado en las
pesadillas
babear
y temblar en la cúspide
del miedo
Después
intentar escapar
en el intento
gritar
reír
moverse entera y
abruptamente
excepto la cabeza
-
esa no -
a la cabeza
mantenerla firme
sobre la almohada
con una estaca de incógnitas
Posteriormente
con toda tranquilidad
abrir los ojos como
pétalos al sol
(al sol del infierno)
y pronunciar bajito
la palabra: holocausto
(Nueve)
Pronunciar holocausto
sacarse los clavos
sacarse el puñal
y devolverlo a su sitio
-
devolverlo a la espalda -
bajar el cuerpo de la
cruz
lavarse las heridas preferiblemente
con licor
Luego
ponerse la mejor mortaja
maquillarse la sonrisa
poner el pie izquierdo
delante y salir
saludar con pleitesía
mientras la espada del
desencanto destaja el demiurgo
sonreír al vecino, al
traidor, al asesino
sonreír cuando la mala
suerte te empuja al desastre
cuando el azar te lleva a
la hecatombe
sonreírle al mundo y putearlo
mandar al carajo a todos
a la vida
pero que nadie te escuche
fingir sutilmente
y a la par ajustarse el
esqueleto
y dibujarse en la calle
como un hombre vivo
y darse de lleno contra
el reloj
e s p
a r c i r
s e
(Diez)
Esparcirse
en la ciudad de la
tristeza
caminar calladito y
acongojado
ser huella calcada
en la espalda del asfalto
Después
ser un sujeto sin nombre
a las órdenes del rictus
diario
fiel y adepto a la rutina
Seguidamente
acomodar el cuerpo
polvoriento
sobre las tablas de la
desilusión
y evocar el escalofrío
evocar el abrazo la
palabra sin filo
la niñez guardada en el
baúl de la nostalgia
Después
llorar
llorar hasta hacerse
barro
y moldearse un nuevo
espíritu
Idóneo para el combate
para la nueva derrota
para la cotidiana muerte
llorar y reír
ser payaso trágico
Finalmente
escribir
escribir un poema y
sobrevivir
Patricio
Vega Arrobo (Cariamanga, Ecuador, 1987). Se declara un pirómano escritor
provocando incendios en bosques de cabezas. Coordinador del Colectivo de Arte y
Cultura “Letra fuego”, administrador
del Blog “Cromosoma lunático” y
fundador de Viz-k-cha Editorial Independiente. Tallerista del Grupo Pa´labrar de
la CCE Loja. Pertenece al círculo poético “Habemus poesía”. Publicó DESARRAIGO (Muestra de poesía, 2016). Desordenando el SILENCIO (Recopilación
de poemas 2009 – 2012) y Naceré en el VACÍO
con un cuerpo de AGUA contenido en un GRITO, 2017. Consta en antologías
como: Wiwasapa y Sensaciones Oníricas (Ecuador), Horror
Bizarro, cuento y poesía (Editorial Cthulhu, Perú) y Antología de Poesía Hispanoamericana (Editorial Casa Verde,
Mexico). Sus textos aparecen en revistas impresas como digitales del país y el
extranjero. Su segunda pasión la Pintura.
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