Del poemario "Romancero falsario"

Inédito


I

Debería estar en España, tomando castizo vino
rivera, extremeño o  rioja, pues todo es bueno,
y una sidra compartida, que de Asturias
me dé a los druidas cósmicos con la mano.
Debería escribir Hernández o Machado,
reírme con el fray Gerundio olvidado,
buscar la autora cruel del Lazarillo
y a los verdaderos asesinos del 11 de marzo.
Que me asalten las gitanas en la calle,
perseguido por la plaza de la España, principal,
quiero una caña, o una peseta antigua
sobre la palma de Mallorca y de mi mano.
Tras los versos de Machado y de un Lope
he de trazar las luces de sus miradas,
y de ir, por los túneles del metro del Callao
escuchando los artistas marginados de baladas.
Frente al parque del Retiro ansiaré un departamento,
las manolas salerosas me guiarán en ecos
que formarán el Prado, y la fuente de Cibeles y su sueño,
del balompié que el motociclo triunfador envidia.
Mírame España, tan lejos, traicionando la historia del criollismo,
salpimentando a los inmigrantes que en la orilla
de la cerca del hambre se han quedado por tu olvido.
Llámame Malitzin, o indiano desde tus olivares
y que sea la distancia el anaquel de mis pesares.
Nunca creas que el acuoso norte de alambre me seduce,
es el mar cantábrico el que guarda mis cofres bastos
y tu costa mediterránea la farola que desespero,
porque tras tus sabores mujeriles peno y muero.


II

Sobre el río pilsner de Bohemia va mi barca de fiel trigo,
persignado desde tibia a calavera navego al templo do me esperan
irisadas las vestales de Jan Hus. Es el día de la vendimia.
Justo hoy que me reparto, incógnito y comunista,
sobre los fusiles floreados de la calle del reloj.
¡Ay! los tanques huecos, sus cadenas tan pedestres
que desplazan a Hans y a Gretel, como olas bajo el sol.
Y esas caras de lascivos que derriten a mujeres,
tan contritas y sensuales como el ristre del cañón.
Me he mudado a los tus bosques, oh, kafkiano y nigromante,
que tus reyes defenestren, si es que pueden,
este aliento tricolor.
Por tu puente y judería, sobre rusos y alemanes,
helaré tu magro hielo y los bosques talaré.
No me mires extranjero, si mestiza ves la piel
de tus brujas y agoreros que se anuncian en cartel.
Tomaré mujer cual cerveza en los caminos checos, y sedente,
muy indiano y orgulloso, desde el trono de Praga,
el nuevo reino chichimeca fundaré.


III

Voy a misa, vigilado por tus diablos, Notre Dame,
que lo vale París, me lo han dicho libertinos y templarios.
Rezaré por los difuntos que reposan bajo el pie,
rezaré allí, por los viejos sueños de poetas de café.
Ciudad de buhardillas y grabados, salve a tus madames,
tengo a pulso galopante de ilustrados
un perfume que desarma entelequias de equidad
y atomizan cabales estos pulgares novatores,
orfebres del Occidente afrancesado y de Aztlán.
Y el caballo ante el mendigo, misántropo y pantagruel,
se encabrita en tu carreta mosquetera flor de lis,
pues ojivas son sus ojos girasoles
que un gallito tenorico y alfil
despedaza con su pico hedonista, para darle,
una imagen de modelo, a este paria, que seguir.


IV

Qué fuerte me dueles, patria salteadora de caminos,
una broma que el demonio nos jugó, la nodriza
que te aplasta con los senos, y una herencia
de agujeros anudados por alcohol.
Introyectas libertad en las arterias, oh galana
remendadora de virgos y petimetres, que deicida
enjugaste la tu historia de nopal, en las garras
predadoras del ave serpentino, mal agüero y rapaz.
Me dejaste poca madre y en huida
barajaste los arcanos del tarot,
somnolienta y burda, vieja malquerida
fue mercurio para azogue cada grano de tu arroz.
¡Bien quisiera naufragarte, morena gota de corcho,
 con mi boca universal, alguna noche lunera para mí!
Aunque el mito patriotero de tu suelo sólo haga sonreír,
aunque el vuelo de tus lustros tenga dueños de papel.
Mas te vivo con pasiones desdichadas, mis razones
de vende patria se doblegan por amor, gracias
por tus mujeres peña, hombres abismo, fuegos fatuos
todos, alumbrados con el odio corrosivo de tu sol.



Alberto Ortiz (Nochistlán, Zacatecas, 1965). Es Profesor de Educación Primaria, Lic. en Educación, Lic. en Letras, Maestro en Estudios Novohispanos y Doctor en Historia. Es docente investigador titular C en el Doctorado en Humanidades y Artes y la Licenciatura en Letras de la Universidad Autónoma de Zacatecas. En el ámbito de la investigación ha publicado, entre otros, Literatura y emblemática (Coeditor), Magia y Siglo de Oro. La relación entre la tradición discursiva antisupersticiosa y la literatura en español de los siglos XVI y XVII, Diablo novohispano. Discursos contra la superstición y la idolatría en el Nuevo Mundo y El aquelarre. Mito, literatura y maravilla. Y en el ámbito de la creación Ideario, La vocación del humo, Fantasmagorías y Desmembranzas.

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