“Kyrie Eleison” de Alberto Tagle


I

Recostado al anhelo inconfesable
desde una lejanía sin remedio:
entre el origen de todos los tiempos
al remate del Verbo;
confín a sempiternas letanías
derramando sus albores posibles
en húmedas cenizas,
memoria que culmina ante sí misma
abatida al soslayo por su ajeno
afán de fundamento.


II

Raíz de enhiesto peso,
absuelto sin lumbreras,
imbuido dentro arduos fulgores divinos,
se revela tu cárdeno latido
en el instante mismo
del destierro de su propio sentido;
el pecar confesado
torna por verdugo a tu interior voz;
más allá del horizonte resuena:
fuera de mí, no hay Dios.


III

Es premura encarnada en rebeldía,
fundación para el reino de los hombres
libres, ya, de sí mismos.
Es la nulidad indeterminable,
avisada en el legítimo páramo
oculto entre la yerma contingencia.
Es la vida que cae
La muerte que se escapa.
Es la muerte que cae
la vida que se escapa.



Alberto Tagle (Zacatecas, 1995). Estudiante de letras. 

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