Unas palabras para un recuerdo. Cinco poemas de Alberto Avendaño
Acerca
de Lautrémont
Ciento ochenta y cinco animales nacen
de mi pecho putrefacto, devoran mis
sesos
mientras de mi recto salen cabellos.
Hoy por la tarde
esculpí mi loza mortuoria.
Escucho susurros de ánimas
petrificadas con brea,
vienen del suelo, de los árboles, del
océano.
La noche no termina
y mi propia alma ha comenzado a
petrificarse.
Antes de que llegue Venus a mi
ombligo
colocaré la loza junto a un mezquite
y este poema
será
mi epitafio.
Del libro Para cantar bajo la lluvia, Rey Chanate, 2017.
El
perfecto final
(Basado en una historia real)
Háblame de tu vida,
de lo importante que soy para ti.
Yo escucharé mientras me tumbo
en tu ombligo. Cuéntame de cuando
perdiste la virginidad
mientras, con un lazo, amarro tus
manos.
Escuchemos a los muertos
caer de los edificios.
¿De qué nos sirvió robar en los
supermercados?
¿Para qué tantos libros escritos?
Sería mejor morir de cáncer.
Ayer los rusos lanzaron una bomba de
destrucción masiva
contra los Estados Unidos de Norte
América,
a esa hora cenábamos lasaña mi hija y
yo.
Hoy vi a diez hombres violar a mi
madre,
también a una mujer freír y devorar a
sus hijos. Hace una semana
incendié mi casa, mi biblioteca, mi
cama.
No soporto verte llorar.
Para mi hermano no pasa nada,
toma y folla como siempre.
Pero cuéntame ¿cómo te enamoraste
de mí? ¿Cómo se conocieron tus
padres?
Junté, en aquella botella, los
insectos más lindos que encontré,
son para ti, aunque, quizás, mañana
no haya tierra
para liberarlos. No soporto las
campanadas,
suenan a toda hora, ni a los
predicadores gritando en cada esquina.
Quisiera haber matado a un hombre,
hoy moriré y no supe lo que se siente.
Antes de la hora suda en mi frente y
deja que vea tus pies.
El meteoro caerá a las 8:37 P.M.
Del libro Para cantar bajo la lluvia, Rey Chanate, 2017.
El
dios de los perros
Yo he
basado mi causa en nada.
Max
Stirner
El Dios de las aves y el Dios de los
suelos,
el Dios de la mierda y el Dios de los
pobres,
el Dios de las putas y el Dios de las
drogas,
el Dios de los locos y el Dios de los
insectos.
Soy todos los Dioses corriendo, a
paso de galgo,
por tu yugular.
Gigante devorador de verdes
centellas,
habitante de tus sueños, el caracol
que sale de tu ojo
cada que ves tu reflejo:
Niña con la cabecita aplastada bajo
la llanta,
el Dios de Yhavé y el Dios de Alá,
el aquelarre y el holocausto:
El
Dios de los perros.
Del libro Para cantar bajo la lluvia, Rey Chanate, 2017.
Balada
de la habitación a oscuras
Esta estocada de sal que me llega como
mariposa quemada,
que
me llama a la jaula blanca
donde
todo lo que pasa queda grabado en el oro o la lágrima,
allí
donde sólo siento el débil alfiler
en el aire que ahora no avanza.
Caen las manecillas sin horizontes ni
lunas de hielo o de roca
o
de agua puerca que va despacio hacia la cueva donde habitan el beso y la
huella.
Quisiera
ver el dormir del elefante allá donde la pálida puerta guarda el deseo y la
calavera.
Arrástrame al cementerio de batiscafos con
la dulce música de los perros adornando la noche con el peligro del rechazo de
los cofres y los desahuciados.
Muéstrame
el escondite de las formas cuando la mar nos hable del peso del mundo
o
del ir y venir de la nieve en medio de la caricia
de la que no quedan ni sedas ni
terciopelos roídos.
El
miedo baila desnudo sobre una cripta de flores marchitas.
Unas palabras para un
recuerdo
Eve.
Tu nombre que también es vida
hoy
también es el lago
donde
flotan los niños ahogados.
Y
tus manos que son de briza;
tu
sexo que sabe al plácido beso
del
suicidio; tus pies que son como
ángeles
caídos en un pantano;
tu
vientre de arena cristalina;
mañana
serán la lengua materna
de
mis antepasados.
Dame
a beber de tus ojos de barco encallado, Eve.
De
tu nombre que también es víspera.
No
me dejes en este parque donde los pájaros se despiden
y
los hombres enmascaran las estatuas.
Hoy
busco tu rostro en el ladrido de los locos,
donde
la soledad prostituye el gemido
que
escapa de mis labios cuando pronuncio tu nombre
que
también es recuerdo.
Alberto
Avendaño (Zacatecas, 1990). Poeta, narrador y traductor. Ha publicado Para cantar bajo la lluvia, Rey Chanate,
2017. Actualmente lleva a cabo la traducción del poeta toscano Cecco
Angiolieri, la cual se publica quincenalmente en este mismo sitio.
Para cantar bajo la lluvia, Rey Chanate, 2017. |
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